El papa Francisco vuelve a ingresar en el hospital Gemelli de Roma. A pesar de que la Santa Sede ha informado de que sólo se trata de “controles programados” con antelación, algunas fuentes han explicado a medios como el Corriere della Sera o la Nación que el Santo Padre sintió un dolor en el pecho tras regresar de la audiencia general de cada miércoles, por lo que su médico personal recomendó que fuera trasladado, en ambulancia, al centro hospitalario para realizarse algunas pruebas. 

Se trata del mismo centro, el Policlínico Gemelli, en que en julio del 2021 estuvo ingresado once días después de ser operado del colon. Hay que recordar que en aquella visita médica le extirparon 33 centímetros de intestino, aunque después reveló que podía comer y hacer vida normal.

El Vaticano siempre ha sido muy cuidadoso sobre el estado de salud del pontífice, por su propia voluntad. Cuando se operó de cataratas también lo hizo con absoluta discreción. Podría ser que el mismo Francisco fuera el que haya ordenado al portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, que en un comunicado diera la versión de los «controles previamente programados», pese a que en realidad habría sido su asistente sanitario personal, Massimiliano Strappetti, quien le aconsejara revisar los dolores en el pecho. Según la agencia Ansa, las primeras pruebas descartarían una situación preocupante. 

El Papa podría estar varios días ingresado, porque según fuentes vaticanas ha cancelado sus reuniones durante este jueves y viernes por si las pruebas necesitan más tiempo. Lo que parece claro es que por lo menos va a pasar la noche, porque su equipo más cercano, incluyendo el de seguridad, está preparado para dormir en el centro. Se encuentra en la décima planta del hospital Policlínico Gemelli de Roma, donde hay una zona permanentemente reservada para los papas, con incluso una UCI, y desde donde quiso realizar el rezo del Ángelus en julio del 2021.