TESTIMONIOS DE CONVERSIÓN: GRACIAS A BENEDICTO XVI

Ene 3, 2023 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

¿Cuánta gente se ha hecho católica, desde la increencia, la tibieza, u otras religiones, a partir de las enseñanzas de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI? Es difícil de contar, pero entre aquellos que han llegado al catolicismo leyendo libros y buscando respuestas intelectuales, un porcentaje alto dirá que leer a Ratzinger o la obra escrita de Benedicto XVI les ayudó, o incluso fue la clave de su conversión. 

Os contamos algunos ejemplos:

1. El ateo que quería convencer a su novia católica… y cambió en 2 días

Uan Dung es un joven formado en Navarra, de familia taoísta, inmigrantes de China, con padres que pese a vivir años en España no sabían nada del cristianismo. A los 25, Uan Dung se consideraba ateo convencido. Pero conoció a una chica católica que le gustaba, Natalia.

Según explica iba de ateo y quería convencer a su novia para que dejara el cristianismo. Pensaba que la religión le quitaba libertad. Para convencer a Natalia de que el cristianismo era una tontería, decidió buscar sus bases para desmantelarlas y mostrar que eran mentiras.

Tecleó en Google: ‘Introducción al cristianismo’. Pensaba que saldrían libros para niños, pero lo primero que apareció fue el libro de Joseph Ratzinger. El nombre Ratzinger le sonaba algo. Claro, era el Papa Benedicto XVI. Y pensó: ¡genial!, desmonto lo que diga el Papa, demuestro que es una tontada, y ya está”, contaba riéndose. 

Se puso a leer y al cabo de 48 horas su vida había cambiado. El libro le sorprendió muchísimo. Según explica, estaba lleno de verdades abrumadoras. Pensaba que su argumento sería: ‘creemos en Cristo porque sí”. Pero lo que encontró es que se basaba en una razón “imparcial, superobjetiva, que se aguantaba muy bien”. 

Uan Dung fue bautizado en la Pascua de 2022. 

2. El biólogo que creía que la fe es incompatible con la ciencia hasta que leyó al Papa en una entrevista

Brent Crowe nació en una familia protestante presbiteriana, pero se alejó del cristianismo. Sacó un título en veterinaria, trabajó durante 13 años como biólogo para el Departamento de Pesca y Vida Salvaje de Oregón y pensaba que el cristianismo y la ciencia eran incompatibles, y que la fe era algo no razonable. Hasta que un día leyó en Internet una entrevista al Papa Benedicto XVI, en la que hablaba sobre ciencia y fe. “Quise leer más sobre el Papa Benedicto y recordé además mi antiguo interés por la Virgen y los santos. El caso es que una semana después salí de una librería católica con un montón de libros para leer y un rosario”. Tres años después, en 2009, se hizo católico y ahora es ¡sacerdote y párroco en Oregón! También su madre y hermana se hicieron católicas en 2021.

3. El periodista iraní, que había sido ateo y marxista, impactado por la visita de Benedicto XVI a EEUU

Sohrab Ahmari es un popular periodista de origen iraní, que escribe en medios ingleses y norteamericanos, que a los 12 años decidió que Dios no existía. Leyó mucha filosofía y se apuntó a “un grupo trostkista alternativo”. Después se desencantó de casi todo, pero intuía que, por alguna razón, el hombre tiene una dignidad sagrada.

En 2008 Benedicto XVI visitó Estados Unidos. La prensa le criticaba mucho, pero Sohrab quedó impresionado con el anciano Pontífice. “Recuerdo haber pensado que era un hombre muy santo. Tomé su libro Jesús de Nazaret. No entendía gran cosa, porque no conocía casi nada de la Escritura cristiana. No puedes entender mucho Jesús de Nazaret sin conocer la Biblia”.

Pero había una idea que leyó allí y le asombró: que Dios Todopoderoso se había encarnado y había entrado en nuestra historia. El misterio central del Cristianismo: Dios se ha hecho hombre, una idea escandalosa para el judaísmo y el Islam. Ahí, con el ‘Jesús de Nazaret’ de Benedicto XVI empezó la conversión de Ahmari. En 2016 anunciaba que era católico y hoy escribe libros sobre cómo educar en la fe a la siguiente generación

4. El judío ‘new age’ que soñó con Jesús: la mirada de Benedicto XVI lo atrapó

Roger Dubin, criado en una familia judía neoyorquina agnóstica, vivió con decepción el vacío de la Nueva Era y las meditaciones orientales. Se consideraba anticristiano, pero le intrigaba algo Cristo. De hecho, hacia el final del pontificado de Juan Pablo II tuvo un extraño sueño en el que hablaba con Jesús. 

“Soy el primer converso de Benedicto XVI”, declaró después.  ¿Cómo? Sucedió de golpe el mismo día que Benedicto XVI se asomó al balcón por primera vez como Papa. Roger lo veía desde el televisor de un bar en un aeropuerto, mientras se tomaba un capuchino.

“La cámara hizo zoom in, los ojos de Benedicto XVI parecieron mirar directamente hacia mí y a través de mí y en ese momento exacto tuvo lugar mi conversión”, escribió Roger en 2013. “Un poder imparable y una presencia llegaron a través de sus ojos y me rebanaron, me dejaron abierto. Estallé en lágrimas, y todo lo que yo jamás pensé que había sido, o no había sido, salió fuera. Era la espada de Cristo y no habría paz hasta que yo le ofreciera la mía”. Se bautizó en 2007.

5. La atea inglesa que quiso leer a Ratzinger para refutarlo y se bautizó poco después

Megan Hodder, inglesa, se bautizó en 2013 con 21 años. Dos años antes era atea convencida y militante, de familia sin ninguna relación con la fe, y leía con entusiasmo a autores del “nuevo ateísmo” grosero: Dawkins, Harris, Hitchens…

Para refutar a ‘los peores enemigos de la razón, los católicos’, decidió leer al Papa. Empezó por el famoso discurso de Ratisbona de Benedicto XVI, que defendía la razón frente a la fe ciega. Luego leyó el librito más corto que encontró de Benedicto XVI, titulado “Sobre la conciencia”.

“Esperaba y deseaba mostrar su irracionalidad y sus prejuicios, para vindicar mi ateísmo. Por el contrario, me presentó un Dios que era el Logos; no un dictador sobrenatural que aplasta la razón humana; sino el estándar de bondad y verdad objetiva…”, escribió. “Era una percepción de la fe más humana, sutil y, sí, creíble, de lo que esperaba”.

6. La senadora socialista española que entró en la fe leyendo libros de Ratzinger

Mercedes Aroz, senadora socialista del PSC-PSOE, la más votada hasta su mandato, educó a sus hijos sin religión y “en los valores de la izquierda y del marxismo”. Pero su hijo conoció a los Hermanitos del Cordero y se hizo católico, en parte inspirado por Juan Pablo II.

En el año 2000, en la JMJ de Roma, la política socialista catalana, antigua militante de la Liga Comunista Revolucionaria, se planteaba por qué el Papa conseguía reunir 2 millones de jóvenes en Tor Vergata. “A finales de ese año recibí la llamada de Dios. ¡Bueno, Mercedes, ya está bien! ¡Yo no recordaba ni el Padrenuestro! Empezó ahí mi proceso. Me formé, básicamente, leyendo libros de Ratzinger”, explicaba en 2008.

7. El marxista periodista que dejó la Iglesia… hasta que entrevistó a Ratzinger

Mucha gente ha conocido a Joseph Ratzinger, y luego a Benedicto XVI, a través de las entrevistas en profundidad que le hizo el periodista Peter Seewald. Resulta que el propio Seewald es un ex-marxista retornado al catolicismo a partir de hablar con Ratzinger.

Seewald, de niño, era católico y monaguillo en la Baja Baviera. Se lanzó a la revolución estudiantil en 1968 y se hizo marxista. Dejó del todo la Iglesia en 1973 y se volcó en un semanario de izquierda radical (que cerró en un par de años). Después fue periodista en varias publicaciones, e independiente desde 1993. En 1996 entrevistó al cardenal Ratzinger, vio que los estereotipos contra él eran absurdos y así Seewald volvió al catolicismo.

Su libro, La sal de la Tierra, llegó a cientos de miles de lectores y acercó a muchos a Dios. Tras su elección como Papa, escribió dos semblanzas más de él, y su libro-entrevista La luz del mundo de 2010.

8. La periodista inglesa de clase alta ajena del todo al catolicismo

Mary Wakefield es una veterana periodista del semanario inglés The Spectator, además de noble por ambas ramas de su familia. En su casa casi nadie era religioso, excepto la abuela, aunque socialmente se consideraban anglicanos como corresponde a la clase alta. Recordaban con bromas que una tatarabuela presumía de no dejar entrar católicos en la mansión. Lo católico era “extranjero” y “vudú”.

Ella no sabía nada del cardenal Ratzinger hasta que un amigo le dio La sal de la tierra, la entrevista con Peter Seewald. Allí leyó lo que decía Ratzinger: “La fe da gozo. Cuando Dios no está, el mundo queda desolado y todo se vuelve aburrido, todo es completamente insatisfactorio. Es fácil ver hoy como un mundo vacío de Dios se consume a sí mismo cada vez más, se hace un mundo sin alegría. La gran alegría viene del hecho de que hay un gran amor, y ese es el mensaje esencial de la fe. Que era radicalmente amado”.

Ese libro puso orden y palabras a algunas sensaciones confusas que Wakefield ya había empezado a intuir. Se hizo católica en 2013.

Fuente: Religión en Libertad.

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