Testimonio del PADRE KELLY y ORACIÓN de SANACIÓN para los espectadores

Ago 16, 2022 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Entrevista con oración de sanación final del Padre Jaime Kelly, irlandés, misionero del Sagrado Corazón, que desarrolla su ministerio desde hace años a caballo entre Europa y Venezuela. En la conversación, nos habla de cómo recibió el don de sanación, cómo utilizar los carismas en la nueva evangelización y del extraordinario poder que el Espíritu Santo está desplegando en nuestros días. Según manifiesta el sacerdote, a través de este vídeo el señor llevará a cabo sanaciones de diversas dolencias.

El padre Kelly estuvo unos años en la Legión de María, empezó en Irlanda y llevaron el Evangelio por Cristo en varios países. “Yo estuve con ellos en Escocia y en Inglaterra”, explica. Cuando el padre Kelly estuvo en el seminario en Dublín, había un grupo de oración y fue invitado. Cuando entró en ese grupo había una religiosa que era la que organizaba un poco el grupo de oración para las personas nuevas que recién se incorporaban. “Yo recuerdo cuando me impusieron las manos, yo sentí un gozo inmenso, una alegría que iba entrando en mi vida y que hasta el día de hoy es difícil explicarlo”, cuenta.

Lo que ocurrió con el padre Kelly es que él antes era un hombre muy rígido en su manera de ser y de actuar pero explica que fue es Espíritu Santo quien le despojó de todo eso y llegó a ser una persona gozosa que le encantaba cantar y alabar al Señor dándole gracias. “Desde aquel momento no recuerdo haber tenido tristeza ni angustia. Pero cuando tengo un momento complicado, recuerdo los momentos buenos delante del Santísimo”. Para el padre Kelly el seminario del Espíritu Santo es una semana muy completa que hace que la persona que lo experimenta tenga una vida nueva, actitudes nuevas y sobre todo, vivir en el amor según la Palabra de Dios. “Tener el deseo de rezar y usar la Palabra de Dios para extenderla”.

El padre además comenzó también su misión en Latinoamérica cuando fue enviado para Venezuela con tan solo 26 años. Allí, casi nada más llegar, formó en la parroquia donde estaba un grupo de oración donde rezaban por los enfermos. “Así yo descubrí que mis manos son para el Señor y mis labios también. Decía como San Francisco: Hazme un instrumento Señor de tu sanación integral para la gente, esta siempre está en mis oraciones”, recalca.

No te pierdas la historia completa, inspiradora.

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