Testimonio de presentadora de TV. Del Budismo y New Age al catolicismo

Ene 11, 2024 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Marián es madre de familia, proviene de una familia católica donde se celebraban las fiestas. Se casó a los 22 años con su marido y así comienzan una vida juntos de la mano de Dios. Solían rezar juntos en las noches, un Padre Nuestro, un Ave María. Fueron padres y uno de sus hijos empezó a mostrar un esquema dermatológico extraño. “Nos adentramos en todo lo que tiene que ver con las terapias. Abrimos puertas. Había algo en mí que me hacía sentir incómoda por lo que estábamos haciendo”, explica. 

La capacidad de discernir entre el bien y el mal todavía no la tenía muy desarrollada. Junto con esto se juntaba que se trataba de la salud de su primer hijo. Además lo que les proponían eran soluciones rápidas, justo lo que ella necesitaba porque en ese momento la paciencia no era algo que tuvieran entrenado. “Caímos en el mundo del New Age, sutilmente se van colando como un aroma atractivo. Con hambre de conocer a Dios muy grande no sentía esa conexión con ese Dios personal”. 

En un libro que cayó en manos de Marián leyó que Dios siempre estaba acompañándola. Lo había oído de muchas personas a lo largo de su vida pero sólo en esa ocasión fue cuando le entró un gran hambre por conocerle. “Le pedía a Dios que quería escucharle. El problema mío es que mi cabeza va de un lado para otro y no había manera de asentar mi mente para escucharle”. 

Un día estando en casa sola cerró los ojos y comenzó a hablarle. “Fueron diez minutos de sentir un amor y una paz increíble. Sentí un abrazo divino. No paraba de llorar”. Después de esto en su misión estaba que las personas pudieran vivir lo mismo que ella. Buscaba ayuda para encontrar técnicas para aquietar su corazón pero en la iglesia no encontró la respuesta. 

Así que terminó por acercarse al budismo, la cábala, la metafísica, la sanación con las manos. Todo lo iba practicando y además tenía sed de más.  “Había muchas cosas dónde pensaba que lo que tenía era un don divino. Había una parte mía con un sexto sentido muy desarrollado”. Pero Marián considera que las oraciones de su madre y sus amigas harían su efecto. Un día, una amiga judía, estando en su casa, se desmayó y a partir de ahí tuvo que estar seis meses en cama sin saber lo que realmente le ocurría. Se conciencia que lo suyo no tenía solución. “Sufría porque no podía rezar”. 

¡No te pierdas este precioso testimonio! 

Marián Reynoso: https://www.instagram.com/guiame.maria/

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