Sofía Romero es una joven de Colombia que tiene 26 años, es administradora de empresas y actriz de musicales. Forma parte de un grupo católico Fruto del Madero como vocalista. Viene de una familia muy católica. Sus abuelos les inculcaron mucho la fe. El matrimonio de sus padres siente que es ejemplar, ha tenido un referente muy bueno en su casa. “Ha reafirmado la forma en relacionarnos con los demás. Mi historia es una historia de conversión familiar”, reconoce. Creció en un espacio dónde siempre se le habló de Dios, en un colegio católico, siempre Dios estuvo muy presente. Como hermana mayor siempre buscaba el perfeccionismo, se exigía mucho, esta exigencia la veía mucho en sus padres. “Era la que le iba mejor en el colegio, la que cantaba siempre y la que resaltaba. Iba con las amigas más sociables y con las que más resaltaba. Queríamos sobresalir y estar con el niño más lindo”, explicaba. Siempre con esa motivación de querer ser mejor y competir. Agradece esa etapa porque en esa etapa pudo superar el miedo y llegar a ser buena oradora superando sus miedos y descubriendo sus dones. En el ámbito familiar siempre ha sentido que ha sido a la que más se le ha exigido y la tenían de alguna forma sobreprotegida. 

Veía como muchas de sus amigas le daban mucha libertad, cosa que ella no tenía. Sus padres siempre la querían tener muy medida. En cierto momento de su vida siente que esa sobreprotección tuvo que enfrentarse a problemas sociales como la aceptación.  Así, cuando llega a la universidad comenzó a salir ese lado de ella de querer experimentar su libertad. “Quería siempre tener las mejores conversaciones y mejores conversaciones que contar. La mejor vestida, temas siempre superficiales”. Su relación con Dios estaba alejada, asistía a misa cuando había algún evento. “Hasta que no conocí a Dios no me enamoré de él. Mi camino con Dios siempre fue un camino de conquista. Es un Dios que por amor quiere ser escogido”. 

Para Sofía ha sido una batalla constante contra la tibieza. En esta época de la adolescencia comienzan a llegar muchos vacíos que se reflejaban en el ámbito afectivo con los hombres. “Competimos entre nosotras por estar con uno u otro chico. Esto empezó a herir mi corazón”. Tuvo su primer noviazgo serio en esta época. Aunque tenía claro lo que no tenía que hacer, pesó mucho más el qué dirán. “Él era una persona católica pero no estábamos cerca de él, me alejó de Dios en muchos aspectos”. A ambos les importaba lo que pensaba la gente de ellos. “Al estar con esta persona empiezo a sentir muchos vacíos, no cumplimos con la castidad”. “La Virgen de Medjugorge ha sido la que ha intercedido y ha obrado el milagro de la conversión en nuestra casa”. Su madre viaja con un grupo de mujeres a Medjugorje y vuelve cambiada y revolucionada. “Recuerdo tener una discusión con ella sobre el horóscopo. Estas discusiones se daban mucho”. Cuando fueron a ver a su abuelo a Grecia hicieron una parada técnica en Medjugorge toda la familia. “Fue una experiencia que a día de hoy no sé cómo explicar”. 

¡No te pierdas este impresionante testimonio! Puedes seguirla aquí: https://www.instagram.com/sofiarbourdoumis/