La hermana María de Guadalupe Rodrigo, es argentina y pertenece a la familia religiosa del Verbo Encarnado, que es una congregación fundada en Argentina por el P. Carlos Buela, que fundó en el año 1984 la rama masculina y en el año 88 la rama femenina. Una congregación misionera que ya se encuentra en los cinco continentes.

El Instituto Servidoras del Señor y la Virgen de Matará a la que los cristianos sirios –perseguidos y acosados por el Estado Islámico- llaman “su embajadora”, viene a contarnos su vocación. Y es que la vocación nunca estuvo entre sus opciones. “Recuerdo que admiraba mucho a los sacerdotes pero lo de ser monja no lo veía como una opción. Es más, la hermana tenía una idea negativa de la vida religiosa, pensaba que la vida de las monjas era una vida triste, que era inútil y no tenía sentido. Pensaba que iba a tener la vida de muchas mujeres, que se iba a casar y que iba a tener muchos hijos. 

Empezó la universidad a estudiar Economía. Los estudios le iban muy bien, trabajaba, tenía su independencia económica, su vida en la parroquia y sus amigos pero notaba que algo le faltaba. “Estaba en esa búsqueda sin buscar hasta que me invitan a hacer ejercicios ignacianos”, explica. 

Y es que en esos ejercicios la hermana Guadalupe se dio cuenta que Dios la llamaba a dedicar su vida completamente a Él. “No sabía qué significaba ser religiosa o misionera, no tenía ni idea, simplemente Dios me tocó en corazón de una manera que ni yo sé explicar y me di cuenta con una claridad que dura hasta el día de hoy de que Dios quería que me consagrara completamente a Él y que era la única manera en la que iba a ser feliz”.

¡No te pierdas el impresionante testimonio de vocación de la hermana Guadalupe!