Eneida Martínez es de Colombia, viene de un pueblo muy golpeado por la violencia. Es una zona roja dónde hay demasiadas fuerzas al margen de la ley. La mayor parte del tiempo se normalizaron las muertes. Vivió en ese conflicto armado. Es hija de madre soltera y vivieron en ese ambiente hostil. “Empecé a normalizar muchas cosas desde pequeña”. Así fue creciendo con la lucha de su madre que al ser madre soltera le tocó trabajar mucho y dejarla mucho tiempo sola. Es la mayor de cuatro hermanos y le tocó asumir ese papel de cuidadora también con sus hermanos. Creció en ese ambiente de que todo era normal. Sufrió mucha violencia intrafamiliar y abusos entre primos. Era como algo normal, no era algo que pudiera escandalizar. Guardó silencio sobre este hecho. A los 13 años conoció a un chico y se fue a vivir con él. “Me brindaba ese amor que yo no tenía. Tenía mucho conflicto con mi padre”, recuerda. 

Se marcha de casa y a los 14 años se queda embarazada de este chico. Creció con la mentalidad de que los hijos eran problemas y estorbo. Era tanta la lucha que les decían desde pequeña que no había que tener hijos tan rápido. El chico le respalda en ese momento y le dice que lo tuvieran a pesar de no tener un hogar dónde mantener. Su padre también la apoya a pesar de todo. Así empieza una adolescencia un poco forzada. Se tuvo que buscar la vida pronto. El chico decide convivir con ella y en esos años la actitud de él cambia mucho. 

“Comienzo a recibir maltrato físico y psicológico de este chico. Después de dos años viviendo dije que no podía más con la situación”, explica. Empezó a vivir su vida desde ese momento de manera más libertina. Del pueblo se mudó a la ciudad. Tenía esa mentalidad de que podía sola con todo. Desde que dejó de estar con él, el padre ya no se hizo responsable del hijo. En ese tiempo Eneida estaba en espera. En esa etapa conoció a otro chico que le prometía también ese cariño que le faltaba. Salieron un par de veces pero había cosas que hacía el chico que tampoco le gustaban. Siempre había dentro de ella algo que le decía. Se quedó embarazada de este chico. Tuvo el bebé de 19 años. Otra vez fue madre soltera y tuvo que trabajar para sus dos hijos. Su madre la ayudaba. Empieza una vida adulta antes de tiempo y responsable. No estaba Dios en su vida en ese momento aunque siempre le hablaron de la iglesia. 

¡No te pierdas este impresionante testimonio! Puedes informarte del proyecto Raquel aquí: https://www.speimater.com/es/taxonomy/term/3