Belén Perales, creadora de El Rosario de las 11pm, cuenta su testimonio de conversión ante la tumba de San Juan Pablo II.

Belén nació en el año 1964 y a la edad de los 13 años perdió la fe, poco a poco fue dejando de ir de misa acabando en el ateísmo a la edad de 16 años. Tuvo ciertos amagos de creer pero como bien explica ella fueron poco consistentes. Empezó a creer en otros dioses que nada tenían que ver con el nuestro. “Coloqué en su lugar cosas que no debía”, reconoce. Así pasó su vida. Tiene el recuerdo que el momento en que perdió la fe coincide con el inicio del papado de San Juan Pablo II. Y es que este santo ha tenido mucha importancia en la conversión de Belén.

Cuando Juan Pablo II llegó a España, Belén y su familia vivían en la misma calle que la Nunciatura y más de una vez pasaba por la puerta de casa. “Me acuerdo que con mi madre bajábamos todos a la calle, aunque fuera no creyente en ese momento, reconocía en él un líder, alguien con una fuerza descomunal”, explica. Un papa que desde luego transmitía mucho con sus palabras y sus gestos. Y es que viniera el Papa era todo un acontecimiento para la ciudad y para toda una generación.

A pesar de todo el contexto idóneo para acercarse a la fe, el ateísmo de belén fue cada vez a más, había un hueco espiritual y afectivo muy grande en Belén. “Estuve toda mi vida dando tumbos, dedicada al trabajo, a mis hijas, a buscar el amor que no encontraba nunca por lo que pasaba de pareja en pareja”.

En el año 2003 el Papa vino a Madrid a beatificar a varios santos y la hija mayor de Belén quería ir a verlo. “Me acuerdo que la llevé y cuando estaba hablando Juan Pablo II, que ya estaba en silla de ruedas, enfermo, y algo en mi corazón se movía”. Y es que en el testimonio Belén anima a que ninguna persona pierda la esperanza en la conversión porque su caso es uno de esos de cómo el Señor actúa en la vida de las personas y la cambia.

“Me impresionó mucho cuando mi hija fue a comulgar, esa fe con la que fue y volvió a su sitio, se puso de rodillas y rezó”.

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