Olmes Madrigal es médico veterinario y hoy viene a contarnos su historia de amor con Jesús. Tiene una infancia normal dentro de una familia católica aunque no era muy practicante. En la familia no había tanto interés en hablarles de Dios. Sin embargo,en su abuela sí había un referente de amor mariano. Su abuela vivió momentos muy duros para levantar a 12 hijos. Se aferró mucho al Señor y se convirtió en una mujer de Rosario diario. Era una mujer de oración constante. “Tuvo una serie de virtudes importantes. Tenía un don de sabiduría grande. Una mujer enamorada de la vida, de la naturaleza, de la creación”, explica. 

Por su generosidad y por su manera de entregarse fue un testimonio importante para todos ellos. “Fue la persona que me acercó a la oración del Rosario. Aunque no sabía qué significaba fue la puerta de entrada de todo lo demás”, sostiene.  En medio de ese contexto empieza a conocer como un niño normal. Así crece en un municipio diferente. En este lugar, es dónde hace sus estudios de primaria y secundaria. Crece en un ambiente de violencia cargado. El municipio entra en medio de un conflicto armado con grupos paramilitares. Eran normales los asesinatos y atentados. “Tuve que sufrir la muerte de varios profesores de mi colegio. 

Conocí casos de personas que fueron torturadas”. Esto no le cuestionó tanto en su forma de ver la vida. Al mismo tiempo su familia vivió una crisis económica que les acabó derrumbando. “Había un ambiente espiritual pesado y también fuimos conscientes de que fuimos víctimas de brujería”. Su familia se desintegró. Él viene a la ciudad con el sueño de ser futbolista. Olmes se marcha a vivir con una tía. Al llegar a Medellín, se encuentra con una gran soledad sin estar cerca de su familia. 

“Entro en un estado de estancamiento y fracaso. Me metí al ejército durante dos años. Es una etapa complicada”. Al salir del ejército ve a su hermano que va a grupos de oración. Así comienza una etapa bonita, su autoestima comienza a restaurarse. “Entre mi hermano y yo empezamos a armar un plan para que la familia volviera a reunirse”. Fue un momento para Olmes dónde siente el llamado vocacional y decide ingresar al seminario. Empieza la formación en el seminario a lo largo de seis años. En medio de sus luchas comienza a observar que se van desarrollando en él una serie de carismas que pensaba que estaban reservados sólo a los santos. 

¡No te pierdas este impresionante testimonio! Puedes seguir a Olmes aquí: https://www.instagram.com/olmesmadrigal/