Esperanza Puente atiende a personas en riesgos de aborto y a personas que han sufrido el aborto. Hace 28 años pasó por un aborto provocado por falta de información. Y es que considera que hay un tabú en el post-aborto. “Se sigue negando el post-aborto. La realidad que vivimos las mujeres es la misma en todos los casos”, cuenta. Una forma que tienen para justificar ese aborto cuenta, es que lo que tiene dentro de su cuerpo es un grupo de células.
“La situación de la mujer ha empeorado porque está sola antes, durante y después. El mensaje que le están diciendo es «no me importa y es tu responsabilidad”. A Esperanza le ocurrió y en su caso y está convencida de que era por el tipo de sociedad que le rodeaba. “Por el miedo a volver a pasar por el mismo infierno terminé engañando a mi conciencia. Tuvo consecuencias, porque el aborto siempre tiene consecuencias”, resalta.
“Hay mujeres que sufrimos el post-aborto nada más abortar y otras mujeres que lo sufren muchos años después”. Es algo que a las mujeres no se lo cuentan y cuando una mujer se quiere arrepentir ya no puede dar marcha atrás. “Las consecuencias psicológicas son de por vida y esto lo siguen negando”, asegura.
Y es que las mujeres cuando salen de un aborto, salen con la certeza absoluta de que han perdido una persona y que no se han despedido de ella, ni la van a poder dar el pésame por ello, como bien explica Esperanza. Un duelo en toda regla que se perpetúa en el tiempo. “Si a un aborto le añades la desesperanza de no tener fe y no tienen el perdón de nadie ni el propio perdón. Así que aunque es duro, con la fe es diferente”. “Pasar el duelo de ese hijo es complicado. El resto del mundo es como si ese hijo no hubiera existido. Esto es un handicap para nosotras porque no encontraremos comprensión”. reconoce.
Puedes seguir a Esperanza y ayudarla con su proyecto para mujeres aquí: https://www.vozpostaborto.org/
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