Marta Isabel es una ingeniera que después de años de profesión, un cáncer agresivo le invade, y es el momento cuando se acerca a Jesús de manera muy fervorosa. “Con el Rosario y con un sacerdote, se pedía por mi salud y después de este rezo, me sacaron a comulgar”, explica.
Marta Isabel sintió en este momento de comulgar que la misma Virgen era quien lloraba con ella. Tras este momento empezó a rezar el Rosario y a ir a Misa más que nunca. Al mismo tiempo seguían las cirujías pero nunca le reprochó a Dios el por qué a ella le había tocado esta enfermedad tan dura.
Un sacerdote le indicaba que tenía que recibir a Jesús todos los días. “Desde ese momento ya no puedes faltar a la comunión”, explica. Siguen pasando los años, le cambian la medicación y ya no logran que la cirugía haga resultado. Actualmente solo tiene cuatro lesiones en el hígado y lo que le pide realmente es la fortaleza para continuar.
En un retiro al que pudo asistir le pidió a la Santísima Virgen que le aliviaran los dolores para que pudiera postrarse ante el Señor. “Regresé del viaje sin ninguna molestia y pude comprobar el poder del Rosario. Pude postrarme ante el Señor”, recuerda.
¡Un testimonio impresionante que no te puedes perder!
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