Sofi Castañeda tiene 22 años y es de México. Nació a los seis meses, fue complicado el embarazo.Los médicos comentaron que sólo un milagro la salvaría. Lo cuenta porque su madre siempre le dijo que Dios le había dado esa oportunidad por alguna razón. Siempre se preguntó cuál era esa misión a la que estaba llamada. Siempre tuvo una relación bonita y especial con la Virgen, la sentía como una amiga, le contaba sus cosas. Conforme vas creciendo las metas y propósitos van cambiando. Sofi tenía mucho fuego en su corazón pero no sabía que venía de Dios. En el colegio les llevaban a ver a niños huérfanos y era algo que le gustaba mucho.
Pero cuando fue cumpliendo años se le metió en la cabeza el querer ser actriz famosa, se apuntó a baila y a canto. Siguió yendo a misa pero nunca hubo una relación personal con el Señor. Era una católica light. Cuando empieza la pandemia, se empieza a meter mucho con el tema de la Nueva Era, con el tema de manifestar, meditaciones trascendentales. “Parece ser tan inofensivo que pensamos que no pasa nada. Y que de alguna forma está relacionado con Dios. Comencé con Reiki también”. Ella acudía a un lugar dónde tenían una imagen de la Virgen y San Miguel Arcángel. Llegó un momento que no quería que sus padres le interrumpieran porque estaba meditando. Tuvo una gran confusión de su fe. “Hice muchas prácticas que pudo haber salido mal. Siento que Dios me protegió de una manera especial”, sostiene.Como era pandemia y no se podía ir a misa, toda su familia se enfrió en el tema de la fe. Empezó a dudar de temas de la iglesia, por ejemplo con la confesión.
Ese tipo de cosas se fueron distorsionando. También se insertó en su pensamiento que la iglesia era muy arcaica, fruto de las ideas que la Nueva Era le fue inculcando. “La Nueva era te da felicidad momentánea a cambio de quitarte la luz de tu alma”. Comienza una época difícil para ella porque a pesar de tener familia y amigas tenía un gran vacío. El éxito le llegó a través de las redes sociales con Tik Tok. Su cuenta creció muchísimo. Sin embargo, al llegar la noche le daba por llorar y no sabía por qué, si supuestamente tenía todo en su vida. “No estaba bien pero por fuera intentaba ser la niña de siempre. Hasta que un día no puede más. Fue un grito a Dios y le dije que si de verdad existía que me diera respuestas porque no entendía el sentido de la vida”, explica. Tenía mucho dolor. Y es que Dios no entra en nuestra vida si no le damos permiso. Sofi le abrió un poco la puerta. Al siguiente día en la mañana su madre le dice que le había llegado un mensaje de la Virgen sobre las apariciones.
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