Alma Cecilia es colombiana pero vive en Estados Unidos. La familia de Alma siempre han sido católicos pero más por tradición, ya que no eran muy practicantes, al contrario que su abuela. “Mi abuela nos hacía rezar el rosario y a nosotros como niños se nos hacía largo y aburrido a veces”, recuerda.
Su abuela la llevó a la iglesia y ese día ocurrió un milagro. Una señora no podía caminar y en el altar la mujer comentó que podía caminar. Este acontecimiento se le quedó a Alma grabado y marcó su historia de fe años después. En estos momentos su padre se quedó sin trabajo pero de repente le llamaron para un puesto de locutor en una televisión. Hubo un accidente grave donde hubo muchos muertos, entre ellos el padre de Alma. “En esos días sentía su olor y perfume en su casa, creo que puede ser porque había fallecido y de alguna manera vino a despedirse”, explica.
A la madre de Alma le tocó empezar de cero. Una nueva vida en realidad para todos. “Nos fuimos a vivir con mi abuelo en Cali, fue un tiempo muy bonito. La gracia que el Señor dio a los niños, a nosotros fue grande. No recuerdo ese dolor tan grande en esos momentos. La figura paterna se volcó en mi abuelo”, sostiene.
Hubo un día en que el abuelo de Alma se cayó y se fracturó la cabeza. Otro acontecimiento que fue doloroso para la familia. Pasaron los años y llegó la adolescencia y la relación con los chicos. “Salí con varios chicos, pero sentía un gran vacío a pesar de estar con diferentes chicos, de alguna forma buscaba la figura paterna”, explica. Alma considera importante la oración por los hijos por propia experiencia. “Siempre estuve rodeada de muy buenas amistades y nunca caí en adicciones y en otras cosas”, subraya.
Empezó una relación con un chico al que quiso mucho pero más tarde supo que ese chico tenía novia. “Un día me quedé embarazada, a él le iban a operar y necesitábamos tomar una decisión. Si lo teníamos o no. Siempre decía que nunca jamás tendría un aborto”, comenta. Alma se dejó llevar sin saber qué hacer, estaba asustada. “Me bloqueé, me asusté; decidimos que no lo íbamos a tener”.
“Recuerdo ese cuarto negro, había muchas mujeres. Todo lo que no es de Dios lo veo negro. Me llamaron y estaba muy nerviosa”, sigue relatando. El médico le hizo una ecografía, estaba de tres semanas. “Me metieron en un cuarto, era oscuro, me acostaron en una camilla, supuestamente me aplicaron la anestesia, me empezaron a hacer el aborto en ese momento. En ese momento dije: Señor perdóname, pero ya era demasiado tarde”, explica emocionada.
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Puedes seguirla a ella y a su familia aquí: https://www.instagram.com/lavidadeunamamacatolica/?hl=es
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