Testimonio de conversión: De vivir la fiesta y la ansiedad a volver a la fe

May 14, 2023 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Elisabeth Soto es pedagoga, ella viene de una familia católica desde pequeña siempre se educó en la fe. Tenía el núcleo de la educación y la fe siempre presente. Cuando iba a primaria se daba cuenta que no todas las personas acudían a la misa. Se extrañaba de que los jóvenes no fueran todos los días a la Eucaristía. “Íbamos a misión en familia con mis padres, luego empecé a ir con mis amigas, siempre viví la fe desde casa”, comenta. 

Al entrar en la universidad, Elisabeth vive una experiencia muy fuerte. Una vez que ocurre esto siente que en la universidad es un cambio de etapa. Pasaba más tiempo fuera que en casa. Experimentó una libertad que antes no tenía. Hizo amigas foráneas que eran de otras ciudades, eso hacía que cuando llegaban a casa no tenían ningún tipo de horario. “Empecé a salir los fines de semana y a tomar. Mis padres no lo veían mal en ese momento”, recuerda. Reconoce que no era una mujer madura en esos años. “Era una persona vulnerable y comencé a salir no sólo el viernes sino el sábado e incluso el domingo”. Sus padres decidieron no darle dinero para que no saliera tanto. “El uso de mi liderazgo no era tan positivo”, resalta. 

Su madre siempre se quedaba muy preocupada cuando Lizz salía. Hubo un fin de semana que fue clave en la historia. Ese día su madre le insistió más de la cuenta para que no saliera de fiesta. “Fuimos a un antro que era muy famoso y ese día que fuimos estaba vacío. Nos regalaron unas bebidas, me la tomé y me empecé a sentir mareada y me quedé dormida”, cuenta. Sus amigas pensaban que se había ido y se fueron. 

En ese momento, le llama su amiga y le dice que iban a buscarla y la llevan a su casa. “Al día siguiente me sentí emocionalmente rara, sentía que no era yo. Estaba conduciendo y en ese momento hubo una desconexión entre mi mente y mi cuerpo. Mi cuerpo no reaccionaba a lo que mi mente le ordenaba”, explica. Empezó a tener taquicardia y convulsiones.  En ese momento llamó a una amiga para que fuera a buscarla. Fue al médico, le dieron unos medicamentos y vomitó. Su madre le dijo que ella sabrá la vida que quería llevar. “Empecé a experimentar cuadros de este tipo sobre todo conduciendo”. Realmente, fuera de esa noche, el inconsciente de Lizz no podía más ya llevar una doble moral. “En ese momento dije que ya no podía más”. A pesar de la vida de ocio que llevaba seguía yendo a misa. “Empiezo a ir a terapia y veo cosas de mi vida pasada. 

“Si yo quería vivir la castidad, no podía hacerlo de la forma en la que estaba actuando en ese momento”, comenta. Llega la pandemia y ahí regresa al origen con la familia. “El estar con mi familia y el ver lo frágil que era la vida hizo mucho en mí. Rezaba mi rosario y empezó con un podcast además de formarme más”, cuenta. Lleva cinco años de proceso y considera que ya sanó. 

¡No te pierdas el testimonio completo, te inspirará!

Puedes seguirla en sus redes sociales aquí: https://www.instagram.com/elizabethsoto6/

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