Caro Ramírez es una joven católica que viene a contarnos la historia de su vida. Viene a hablar de todo lo grande de su vida que es gracias a Dios. Caro es de Medellín (Colombia) y lleva desde los 17 años en el camino de la fe. “Recuerdo que me tenían que obligar a ir a misa. Un día mirando al cielo le dije al Señor que quería experimentarlo. Ese día, el Señor me dió una respuesta”, explica. 

En esa época unos amigos le invitaron a un grupo de oración y así comienza a crecer en la fe, a formarse en la fe. “Fue muy lindo mi renacer en el camino de Dios”, cuenta. En la universidad también piensa que la fue preparando. Cuando ya se encontraba llena de su amor le decía al Señor que quería servirle de manera constante. Sentía la llamada a que debía servirle a través de la música pero nunca había cantado. “Le pedí que me diera el don y comencé a orar todos los días. Mi testimonio empieza aquí”, sostiene. Y es que de manera insistente le rezaba al Señor todas las noches. 

Hubo un día que sintió al Señor y no paraba de llorar. Ese día quería entregarle su voz con todo su corazón. Al final de este momento se quedó dormida tranquila. Ese anhelo ya lo había saltado porque sabía que Dios sí así lo quería, lo haría posible. Al cabo de los meses empezaron a pasar cosas preciosas. La gente de la comunidad le decían que cantaba muy bello. 

“Adorar al Señor no sólo es un tema musical sino del corazón. El Señor me permitió experimentar el tema de la música al mismo tiempo que seguía creciendo en el ámbito profesional”, sostiene. Así pasaron varios años pero algo pasó y es que sin darse cuenta se fue distanciando de la oración, empezaba a ser una oración muy rutinaria al igual que acudir a misa. Sentía que no le estaba entregando todo a la oración con Dios. “Nuestra oración no se debe basar en una oración puntual. 

Es como una relación con tu esposo. Ese amor esponsal se nutre a través de muchas cosas en la vida. De entregar tu vida con todo lo que haces”. Así entendía ese momento de su vida, ya no era lo mismo. Hubo una época dónde Caro se sentía cansada en ese servicio a Dios. Sentía que todo lo que hacía no era retribuido por las personas y eso le dolía mucho. Así, no entendía los esfuerzos, empezó a dudar de la iglesia entrando en una crisis de fe. Un día le hizo una pregunta al Señor y era el por qué la gente no daba respuesta a ese servicio que con tanto cariño hacía. “Sentía que el Señor con una pregunta estaba cuestionando lo más profundo de mi ser”. 

¡No te pierdas esta preciosa historia de entrega al Señor!

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