TESTIMONIO DE CONVERSIÓN. De la industria abortista a liderar la defensa por la vida

Ene 16, 2023 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Mayra viene a contarnos su testimonio, un testimonio muy importante en la defensa de la vida. Ella, mexicana de nacimiento, nació y creció católica. Se mudó a Estados Unidos ya con 18 años. Mayra quería ser doctora en el futuro. Empezó trabajando como camarera, como muchos inmigrantes. 

Ella no cejaba en su empeño en trabajar en la salud. Una amiga un día le comentó que fuera con ella a conocer un programa de ayuda a las mujeres en la prevención. Recuerda cómo la contrataron sin ningún tipo de problemas. Le preguntaron en la entrevista qué pensaba sobre el aborto. “Fríamente les respondí que yo misma no me lo haría, pero que cada una con su cuerpo podía hacer lo que quisiera”, explica.

La duda de ella era si iba a trabajar directamente con el tema del aborto pero le comentaron que se dedicaría más a temas de prevención. Ella era puente con esa comunidad latinoamericana minoritaria para asesorarlos con el tema también del idioma. “Yo pensaba que eran ángeles porque estaban interesados en mi comunidad, una comunidad que consideraba que estaba siendo maltratada”, recuerda.

Recuerda que el primer día que fue a pedir trabajo, había una persona fuera rezando que le comentó que no entrara dentro. Los trabajadores me decían que esas personas no tenían nada qué hacer. “Yo pensaba qué podían ganar esas personas simplemente rezando”.

A Mayra defender los derechos reproductivos de las mujeres le apasionaba y la nombran mejor trabajadora. “Ellos me habían abierto las puertas al sueño americano, eso pensaba”, cuenta. LLegó a tener dos centros a su cargo. En ese entonces no había muchas personas rezando pero no era todo el tiempo. 

“A este punto llego a saber de ellos pero sin tener mucho contacto”. Cuando le propusieron ser la directora de uno de los centros abortistas, ella no estaba segura y dijo que no. “En ese entonces, me dijeron que con la llegada del nuevo gobierno no me podían asegurar que iba a tener trabajo después. De alguna forma me sentía agradecida por la oportunidad y además no sabía dónde podía ir”, sostiene. 

Mayr había escuchado que litigar con ellos era complicado, que eran déspotas, que trataban mal a los empleados y se creían dioses. “Había escuchado que las pacientes no querían estar ahí. Ninguna mujer quiere acudir. Están en una situación vulnerable pero no quieren ir. 

¡No te pierdas el impresionante testimonio, te impactará!

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