Eliaines Mora es de Colombia y de profesión es abogada, es cursillista, catequista y evangelizadora digital. Para Eliaines en vida todos tenemos un propósito y ese propósito se descubre cuando “tú realmente conoces el verdadero amor. Cuando ese concepto de amor llega a tu vida y rompe barreras”.  Todo esto para ella se resume en un solo nombre, y ese nombre es Jesús.  El mensaje que ha querido traer con su testimonio de vida y fe, es que Dios nos ama tanto que a través del vientre de una humilde mujer nos ha traído la salvación y precisamente también el amor, el amor más puro y real”. Un amor que se ve y se siente. En su caso su propósito siente que da comienzo el día en que nació un 13 de abril del año 1995, un Jueves Santo con mucha lluvia. Desde ese momento se inicia su llamado. Fue creciendo en un hogar muy humilde de grandes valores, pero no muy practicante. Siempre asistían a las misas y Eucaristías muy especiales, pero no solían ir con frecuencia a la Iglesia, ni practicaban la oración. 

Hay otra fecha especial para Eliaines y es el tiempo de la Natividad. Era algo muy especial que contemplaba con amor y alegría porque siempre fue una niña amorosa, generosa. Ver la Natividad le daba mucha paz y ternura poder observar a María y San José y deseaba volverse tan pequeña como aquellas figuras del pesebre.  “Quería estar ahí con ellos, poder cargar al Niño Jesús, poder abrazar a la Virgen María”. Desde muy niña recuerda ir a una escuela religiosa, la Virgen y el Señor siempre estuvieron cerca de su vida. Así fueron sus primeros años de infancia y adolescencia. Casi antes de terminar la escuela sintió un llamado vocacional pero no sabía que se trataba de eso por falta de conocimiento. “Me llamaba y movía muchísimo la vida consagrada de las religiosas porque en la escuela de las hermanas las veía muy felices”. En su momento ese llamado se disipó por esa falta de discernimiento. Comienza la etapa universitaria. Aquí experimenta el primer amor. “Ya uno va viviendo esa libertad que le plantea el mundo. Eres libre de religión, de política, de ideología. Así me alejé de Dios”, reconoce. Pensaba que era autosuficiente, que podía con todo. Que simplemente por obrar bien ya estaba todo correcto. En el 2016 comienza a vivir una gran crisis de ansiedad, no comía bien, se sentía sola, más el estrés de las clases. En ese momento vivía con su novio y no en casa con sus padres. Fue aquí cuando por primera vez siente la cercanía con la Virgen. “Una tarde llena de angustia y ansiedad con los nervios alterados recuerdo que sentí un impulso enorme. El espíritu santo me movió y recordé que mi abuela me regaló un rosario con un librito”. Cogí eso con una gran sed de sentir paz.

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