Mar Álvarez es una mujer mexicana, católica y con discapacidad. Es comunicadora y se dedica a diferentes áreas del marketing y la comunicación. Además está participando en su primer largometraje donde visibiliza la discapacidad y el amor bien encauzado. Creció en una familia católica gracias a su abuelo materno pudo experimentar la complicidad y ese segundo padre que ya que su padre falleció cuando era pequeña. “Mi abuelo participaba de las actividades de la iglesia y me ayudó en mi Primera Comunión y Confirmación”, cuenta.
Al iniciar su etapa de juventud se empieza a despegar de la iglesia y se convierte en una católica de evento, sólo va a la iglesia cuando hay algún acontecimiento especial. En el año 2013 un amigo muy querido para ella falleció a una edad muy temprana. Este suceso le supone una gran tristeza. “Me entero de este suceso, localizo a su familia y tengo la oportunidad de hablar con sus padres”.
Durante este acontecimiento con los padres, con la foto de su amigo hace un montaje con la Divina Misericordia. El padre esto lo ve como una señal de que su hijo estaba bien. A partir de ese momento cuando una persona parte a la casa del cielo, le regala este detalle. La madre de su amigo con quien mantiene una relación muy especial comienza a tejer una relación con una secta. Mar investiga sobre este grupo pero acaba por ingresar en una secta conocida en México llamada Cábala. Estuvo cuatro años. “En esta secta nos decían que podías ser kabanista y cristiano o kabanista y musulmán. Fue fácil para mí, porque estaba en un momento vulnerable y pasando un duelo”, sostiene.
A lo largo de los cuatro años en la secta, Mar iba escalando de nivel a nivel. “Al estar con mi maestra en la secta, se produce una conexión de nuevo con mi fe católica. Nunca dudé que Jesús era el hijo único de Dios”. Para esta secta, Jesús era un profeta judío. Siempre lo tuvo muy claro.
En noviembre del 2017 recuerda cómo le entran muchas ganas de confesarse. “Le digo a mi maestra que sentía que no había avanzado pero sí que se había dado una conexión con mi fe católica. A lo cual me contesta: ¿y para qué vienes a verme? si no es para un avance de kabala. Fue algo de shock porque ellos te decían que era una religión amigable con el resto”, cuenta. En este momento Mar viaja a Puerto Vallarta en México y van a pasar la Navidad juntos en familia. Allí hay una iglesia muy bonita en la cual puede acceder con su silla de ruedas sin problema. “En estos últimos meses estaba en una depresión grande. Seguía haciendo cosas a pesar de ello”. En estos momentos acuden a misa y allí se encuentra a un sacerdote muy amoroso.
¿Quieres conocer cómo termina esta historia de vuelta a casa, de vuelta a la fe? ¡No te pierdas este emotivo testimonio!
Puedes seguir a Mar en sus redes sociales y su trabajo aquí: https://instagram.com/maralvarezdelcastillo?igshid=YmMyMTA2M2Y=
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