Testimonio de conversión: Cerró la puerta a Dios pero se convirtió ante el Santísimo

May 28, 2024 | TESTIMONIOS CATÓLICOS

Santiago Ramírez viene a contarnos su historia. A él le ha ayudado mucho el poder escuchar testimonios. Para Santiago hay muchos caminos para llegar a la santidad y por eso es bueno escuchar tantas historias. Y es que Dios nos llama a todos de manera diferente. Vive en Bogotá (Colombia) y tiene una novia desde hace seis años. Viene de una familia católica sobre todo del lado materno, su madre y su abuela se lo inculcaron. Creció viendo a su abuela siendo una persona muy piadosa pero sin entender mucho ese temor de Dios. Pensaba que era una fe por repetición. “El rol de las madres y las abuelas ha sido muy importante para la Iglesia Católica”. Su madre le hablaba de Dios y veía la historia de Moisés y de diferentes profetas en dibujos animados. No le daba pereza ver estos dibujos. Santiago estudió en un colegio laico pero sin embargo tenía un gran sentido religioso. Tenían su capilla, sus misas y sus clases de religión. 

Quedaban cuatro semanas para la Primera Comunión y  se encontraba perdiendo clase porque la profesora no sabía lo que le pasaba pero no podía dar clase. Así como sus amigos estaban encantados de perder clase,  Santiago quería retomar las catequesis. “Algo dentro de mí me pedía que fuera a por esa señora. Sigue avanzando en la etapa del colegio y siempre acompañados por su madre. “Encomendamos el día a la Virgen María. Le agradecemos a Dios por todo lo que teníamos. Le pedíamos a Dios que nos iluminara para que el día fuera bueno”, explica. 

Siempre eran oraciones de agradecimiento. Llega la época de la Confirmación y las personas que le rodeaban, sus compañeros les daban igual estas clases. Los chicos boicotearon las clases. “A mis amigos no les importaba. El profesor nos pedía que nos esforzamos”. La adolescencia de Santiago era normal, como la de todos, bebía, salía de fiesta y quería ligar con chicas. Tampoco fue la adolescencia más loca pero se desvió del camino de la fe.En el colegio todos buscaban agradar a los demás. El que no era deportista o hacía los chistes más vulgares no estaba dentro del círculo. Para agradar muchas veces mentía. Hacía planes que no le gustaban, decía que se vivía de una manera en su casa que no se vivía en realidad. Como Santiago llegó un momento que no acudía a las fiestas, sus supuestos amigos ya no le llamaban a salir. “Estuve 7 años sin confesarme. Siempre lo entendí como algo más de rutina que algo que tuviera verdaderamente valor. Yo era de los que defendía que creía en Dios pero no en la Iglesia”. Así empezó a leer sobre el Catecismo también. Ingresa en la mejor universidad del país, pero en una universidad laica dónde prima la ciencia, la cultura, etc. “En toda mi vida no había faltado a misa. En esta época el ir a misa era una carga. No tenía hábito de rezar”. Necesitaba definir su situación espiritual. 

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