Patricia Chacón tiene 55 años y es de Venezuela, es odontóloga. Nació en una familia sencilla, normal, practicante, sobre todo por parte de su madre. Le enseñaron a rezar el rosario e ir a las celebraciones religiosas. Su madre era enfermera de los hospitales más grandes de la capital. A los 11 años su familia decide mudarse. Ese cambio de ciudad y colegio generó en Patricia una especie de rebeldía. No quería estudiar. A su madre le recomendaron un colegio católico de monjas. 

Pero el estudio no se lo tomaba en serio. En ese tiempo en Venezuela se daba religión como materia. Tenían unos libritos sobre el Catecismo y fue así como empezó a leer sobre Jesús. Así empieza su madre a buscar para cambiarla, le inscribe en otro colegio. No era católico pero estaba vinculado con la Virgen. “Muy pocas veces llamaba a la Virgen, tenía más presente a Jesús”.En ese tiempo había mucho tiempo a nivel laboral de los profesores, eso llevaba a que cuando entró en la universidad había muchos paros, huelgas.  

Terminó estudiando 9 años una carrera que era de 5, sino por problemas internos propios de la universidad. Se gradúa a los 25 años como odontóloga. En este momento se casa y se queda embarazada. Estaba cursando una asignatura que no le permitía estudiarla embarazada porque tenía que hacer radiografías. “Me preocupé mucho y mi marido y yo fuimos a un doctor. Le explico la situación. Ahí hablé con la Virgen y le pedí que el bebé viniera bien. Sentí la presencia de la Virgen en la cama conmigo. Como se movía la cama y todo”, reconoce. 

Así, comienza la vida laboral ella y su esposo. Pero con la falta de tiempo abandonó la cuestión de ir a misa los domingos. Siempre tenía ese sentimiento de culpa. A los años nace su segundo hijo. La pediatra cuando lo osculta le nota un soplo y le manda a otro especialista. Acude al cardiólogo. “En esos minutos entre que empezó el examen mi oración al Señor fue muy intensa”. Llega el momento en que los hijos comienzan la etapa escolar. Llega a un colegio del Opus Dei. Metieron a su hija primero y después entró su hijo. Participaban mucho de las actividades del colegio. “Siempre he tenido la puerta abierta para Dios”. 

¡No te pierdas este precioso testimonio católico! Puedes seguir a Patricia aquí: https://www.instagram.com/vivajesusymaria/