Diego y Jossuina tienen un ángel con ellos que es Sofía, en realidad la historia es la protagonista. En la vida de Jossuina la Virgen siempre estuvo presente en su hogar. En su juventud el rezo del Rosario fue más por necesidad o por ayuda. “Mi forma de pedir ayuda a Dios era rezando el Rosario”, explica. Diego es de Costa Rica y tiene diez hermanos. Su padre partió al cielo cuando era muy pequeño así que su madre se encargó con mucho esfuerzo de todos ellos. “Cuando me convertí en monaguillo fue el primer contacto con la fe. Además siempre que visitamos a mi tía  estaba a cargo de muchas actividades de la iglesia. Nos ponía a rezar el Rosario enseguida”, explica.

Llevan 14 años de casados ante el mundo y hace sólo dos años por la iglesia. Se conocieron muy jóvenes. Coincidieron en el trabajo y eran inseparables. Recuerda que cuando trabajaban juntos les llegó un proyecto especial dónde había niños especiales con necesidades especiales. “Fue un proyecto lindo. Siempre vi en él un hombre bueno y bondadoso”, recuerda. Compartían momentos juntos yendo a misa y le pedía al Señor que le buscara un hombre como Diego. Sus peticiones fueron escuchadas. 

De este modo, ya juntos vivieron unos años en Panamá. De ahí viajaron a Miami. Ahí empezó la transformación como matrimonio. Su sobrino falleció a causa de una leucemia y ambos se unieron al rezo en el Santísimo. En ese momento tenían el proyecto común de tener hijos pero no lo conseguían. “Seguíamos aferrados al rosario. Sin embargo, como antes estuve casado, no tenía acceso a todos los sacramentos”, explica Diego. Aún así siguieron adelante en su deseo por tener una familia numerosa. Intentaron numerosos tratamientos hasta que finalmente Jossuina se quedó embarazada. 

“En una de las pruebas les dijeron que el bebé tenía un problema bastante grande. Sofía venía sin el cuerpo calloso en el cerebro, tenía una malformación”, comenta. Les sorprende cuando le dan ese diagnóstico porque no conocían mucho qué implicaciones tenía. Al mismo tiempo Diego seguía teniendo un gran anhelo de crecer en su empresa. Justo en ese momento le da la noticia su jefe de que le iban a ofrecer algo muy bueno dentro de su trabajo. “Le comenté que no podía tomar esa oportunidad porque tenía una situación más importante que atender”. Al reflexionar sobre esta oportunidad laboral, vio que podía ser algo muy positivo a nivel médico para seguir con las pruebas de su hija Sofía. 

Los médicos en esta nueva etapa, les comentaron que lo mejor era abortar. “Si ella tenía que irse ella se iría, pero nosotros no tenemos derecho a quitarle la vida. Decidimos continuar. Reaccionamos en un buen momento y le dimos un Sí a Sofía”. Venía una etapa llena de incertidumbre pero también llena de esperanza. “Entregamos la vida de Sofía a Dios. El apego a la Virgen María fue muy grande”, explica.

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