Hoy tenemos a Lucía, es de Burgos y es madre de tres hijos. Estudió Filosofía y Periodismo. Es escritora y tiene en su haber ya dos novelas publicadas y un ensayo. De su última obra es de la que nos viene a hablar. Además escribe en un blog, donde empezó a escribir sobre el noviazgo y las relaciones.
Viene de una familia católica, recuerda con especial atención cuando su madre le dijo ‘pase lo que pase, lleva tu corazón a Dios en agradecimiento y en ofrecer tu logro’. Un consejo muy sabio que la ha ayudado en muchos momentos de su vida. Recuerda cómo cuando era joven rezaba mucho y tenía gran interés por la vida de los santos. Su tío es sacerdote y gracias a él tenía acceso a muchos libros de materia católica.
Cuando llega a la edad adulta se empieza a plantear preguntas, por qué vas a misa los domingos, por qué eliges la opción sexual que propone la iglesia. Todas esas respuestas estaban en tener más formación y fue lo que hizo. “Fui a un centro de formación para formarme más y tener esa relación de amistad con Dios”, explica. Fui descubriendo que era posible que cualquiera podríamos llegar a ser santos.
Ese descubrimiento fue muy importante en la vida de Lucía. Una parábola que le gusta mucho es la parábola de los talentos. Muchas veces pensaba que talentos tenía y cómo podía ponerlos al servicio de los demás. “Quería mi pasión por escribir con la parte sobrenatural”, sostiene. Y es que desde siempre cuenta que se presentó a concursos de cuentos. Su madre la animaba a que no desistiera de intentarlo. “La vocación matrimonial la fui descubriendo al mismo tiempo que mi vocación por la escritura”. Escribió su primera novela a los 11 años, era sobre asesinatos en serie, tenía 90 páginas.
En su novela, que es para un público muy diverso y para todas las edades, toca el tema del sufrimiento y de un amor cada vez mejor y más maduro. “La protagonista descubre el poder oculto que hay en la vulnerabilidad. Es una mirada realista pero esperanzadora. Con mi realidad soy capaz de amar al otro con sus defectos”, explica.
Elena, su protagonista acaba situada en el todo es para bien. Se trata de una esperanza basada en la fe. “Dios no solo es un creador, un juez sino que es un padre bueno que nos quiere, como no vamos a tener esperanza en que todo va a salir bien”, sostiene.
Puedes seguir a Lucía y conocer sus obras aquí: https://www.instagram.com/luzmaral/?hl=es
0 comentarios