Mariana Saldarriaga viene a contarnos su historia o mejor dicho la historia de Dios en su vida. Es una historia de amor digna de ser contada. Ella nació en Bogotá hace 25 años, su familia ha sido católica y siempre fue muy devota de la Virgen. Su historia comienza desde antes de nacer. Su madre tenía problemas para concebir; los médicos la desahucian cuando aparece en su mano una mancha. Sufrió esta enfermedad durante varios años. Su abuela, una persona de mucha fe y la columna vertebral de la familia le pide a la Virgen que sanen a su madre. “Mi madre fue sanada de esta enfermedad terminal y cuando crece a ella le siguen haciendo sus controles porque era bastante peligrosa”, cuenta. 

Pasan los años y los médicos le dicen que puede que la enfermedad haya cesado pero que podría interferir en la posibilidad de tener hijos. “Hizo una oración a Santa Ana”, explica. El segundo milagro es por supuesto Mariana. Hay que recordar que la Virgen ha aparecido en muchos momentos de la historia. Ella no viene a decir nada nuevo sino a recordarnos el mensaje. 

A su tía se le aparece la virgen cuando tenía 15 años y le entrega una misión de amor que es la de llevar almas a Cristo. Ese es el entorno en el que creció Mariana. “Aprendí a rezar el rosario desde pequeña con su abuela. Cantaba estas canciones desde pequeña con mucha alegría”, sostiene. 

Su tía continuó recibiendo mensajes de la Virgen. Todo esto es un misterio y está en observancia de la iglesia. Una misión que está en estudio porque tienen que ser aprobadas por la iglesia. “Una voz que enamoró mi corazón desde siempre, la de amar a los pobres y buscar la verdad que es Jesús”. Nunca se imaginó que su camino fuera otro que el de seguirla a ella y tampoco fue consciente de los regalos que se iba a encontrar en ese camino. 

Su abuela, prepara a Mariana para su Primera Comunión. Recuerda ese momento con mucha alegría y gozo y le hace una carta de amor a Jesús. “Un día de mucho amor, donde ese Jesús del que me venían hablando desde pequeña a través de la Virgen, por fin lo tenía en mi corazón. Así comenzaba una nueva etapa. Esta experiencia sobrenatural que vivía en mi casa no siempre fue fácil”, reconoce. Ese amor tan profundo que ella sentía no alcanzaba a comprender cómo los demás no lo sentían y había un gran dolor en el mundo. “No sabía cómo compartir esa experiencia que yo vivía en casa con aquellos niños y personas con dolor”, cuenta. 

Pensaba que si ella contaba que en su casa escuchaban la voz de la Virgen, que escuchaban el rosario, nadie la iba a creer o que incluso la rechazaría. Comienza a vivir una doble vida, a guardar esas apariencias entre lo que vivía en casa y lo que expresaba fuera.

Pero, ¿qué significaba tener una misión como la que le había encomendado la Virgen? Mariana empieza a crecer y contrasta por ella misma lo que significa el amor en el mundo de hoy. En la actualidad es verdad que se siente la persecución de la iglesia y no es fácil poder llevar este mensaje al mundo. 

Hubo un momento en la vida de Mariana que en la adolescencia, llegan los vicios, la pornografía, el acohol, etc. “Fue un momento de desierto espiritual muy fuerte, ese amor que experimenté de Dios tan profundo lo perdí en esta época. Nunca caí en relaciones desordenadas”, comenta. Y es que dejó de ir a misa, de rezar el rosario y toda esa gran parte espiritual. 

“Cuando te alejas de la oración, te vas quedando más vacío, dejándote llenar de placeres efímeros. Me enamoré de una persona que me alejó de Dios. Cambié mi forma de ser y de sentir para que me aceptara. Mendigaba amor”, cuenta.

¿Quieres conocer cómo termina esta preciosa historia? ¡No te pierdas el video completo!

Puedes seguir su apostolado y su historia aquí: Página Web:
https://madredeladivinagracia.org