Andrea León lleva ocho años en redes sociales a través de la cuenta Dama Católica. Nació  en una familia católica, sus padres fueron cooperadores salesianos. Su padre falleció hace cuatro años. Vive en un país dónde la religión todavía tiene ciertas libertades. Su familia siempre ha conservado la vida de gracia. “Lamentablemente estamos ante procesos de secularización muy grandes”.

En retrospectiva veo que aunque la familia era muy piadosa tampoco era que fuéramos muy sabios e instruidos”, explica. Tomó los sacramentos pero admite que tuvo una mala preparación a pesar de que siente que le faltó mucha formación. De niña también tenía muy mal concepto sobre lo que era la Iglesia y cuáles eran sus derechos y obligaciones. Tenía una visión ecuménica dónde lo importante era la espiritualidad y que uno lo podía vivir como quisiera. Pensaba que la religión era algo más cultural, que le había tocado porque había vivido en ese país y con una familia determinada. 

“Al final eres tú con tu voluntad plegada a la de Dios la que tiene que ir creciendo en santidad. Lo último que piensa la gente es dar gloria a Dios. Abunda el materialismo”. Justo en la adolescencia es cuando su fe se estanca y muchas cuestiones las deja de creer. En ese momento hubo un cambio y fue que de una ciudad tuvieron que mudarse a un pueblo. “Llegué a tocar misas dónde tocaban músicas regionales. Eso me dió a entender que podías adorar a Dios de cualquier manera. Él nos dice cómo quiere que le adoremos”. Por un lado, no encontraba la respuestas que buscaba y por otro lado las respuestas que le daban le resultan poco satisfactorias. 

Aunque creció en colegios religiosos reconoce que la educación no era tan rigurosa y buena. Su familia era de las pocas que sabía rezar el rosario, sus compañeros venían de familia muy alejadas a la religión. Eso le afectó porque es el medio dónde se estaba desarrollando en ese momento. “Fue en esta época dónde no me consideraba católica, coqueteaba con el protestantismo, se me hacía muy incómodo el rito y la confesión”, sostiene. Así comienza a dejar de frecuentar los sacramentos. Le entraron escrúpulos y nunca perseveraba. En sus recuerdos de la infancia están las lecturas bíblicas de sus padres. Fue en la adolescencia dónde quería buscar más allá de su cultura. Buceaba en la literatura. “Hay muchas cosas en la literatura dónde se pone en cuestión la autoridad de la Iglesia”. Las dos cosas con las que no estuvo de acuerdo es con la sodomía y el aborto. Parte de su tibieza terminó gracias a una de las sagas que estaba leyendo. 

Puedes seguir a Andrea aquí: ​https://www.instagram.com/damacatolica/​