Desde hoy podemos comenzar a preparar nuestros regalos para dárselos como ofrenda a Jesús en esta Navidad, dirigiendo nuestra mirada no sólo hacia quienes están a nuestro alrededor, sino también hacia muchos a los que no conocemos, pero sabemos que están por ahí, y en los que lo podemos ver a Él.
Demos, por ejemplo, compañía a un anciano; visitemos a un enfermo, o ayudemos a un desempleado. Podemos también ir a la cárcel a ver a algún amigo o familiar, sin importar si es culpable o no. O quizás también conversar con alguien con actitud de escucha y comprensión. Buenos regalos para Jesús también pueden ser ayudar a quien está necesitado de apoyo y consuelo; pedir perdón y perdonar, así como buscar reconciliarnos con quienes estamos enfadados, entre otros muchos obsequios que seguramente a Él le agradará recibir en su cumpleaños, que ya estamos por celebrar.
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