En muchas ocasiones, quienes se dedican a la magia o la hechicería, ya sea para dañar a alguien o para realizar cualquier tipo de maleficio, entierran el objeto que van a utilizar -como en el caso de los llamados muñecos vudú-, con la intención de que dicho objeto no sea encontrado y dar una certeza de perdurabilidad a su ritual. Aunque es raro, es posible que una persona de buena voluntad encuentre un objeto con estas características, pero llega a ocurrir en macetas o en jardines. ¿Qué debemos hacer los católicos si hallamos un muñeco vudú?
En una entrevista, el padre Andrés Esteban López Ruiz, sacerdote exorcista de la Arquidiócesis Primada de México, dejó en claro que este tipo de ‘hechizos’ o ‘maleficios’ nunca perdurarán en el tiempo ni superarán el poder de Dios. Por ello, insistió, los objetos enterrados no significan que una persona está condenada a sufrir hasta que se desentierren.
Si un católico encuentra un objeto con estas características, el padre Esteban recomienda lo siguiente: Lo primero que debemos hacer es estar tranquilos, no perder la calma ni la paz. Ponerse en oración, ponerse en camino de fe, como lo hacemos con la confesión, con la comunión frecuente. El padre además en estos casos nos anima a rezar el Rosario y el objeto, de ser posible, se puede asperjar con el agua bendita, que es el signo de la gracia bautismal que nos remueve todo mal.
Después, se puede destruir. Del mismo modo el padre nos recomienda que si necesitamos más ayuda pues podemos acudir a nuestro párroco y pedirle que nos ayude con esto, para destruirlo, para para que se haga una oración (…) Porque si rezamos con fe, su oración, su agua bendita y su Rosario, no es necesario más.
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