La revista Time publicó hace unos años el artículo titulado “Por qué el Papa Francisco está obsesionado con María”, y una de las razones del medio estadounidense para darle al Pontífice este calificativo fue el hecho de que reza el Rosario tres veces al día. La revista está en lo correcto al observar que el Santo Padre tiene una devoción personal a la Santísima Virgen María, pero esto no es una obsesión, sino un amor muy profundo a la Madre de Dios.
En declaraciones a un periodista, el Papa Francisco dijo que rezar el Rosario le da paz y bienestar, y lo ayudó a mantener la calma durante su elección como pontífice en marzo de 2013. Dos encuentros en la década de 1980 transformaron la devoción del futuro Papa Francisco: presenciar a San Juan Pablo II rezando el Rosario y descubrir la advocación de la Virgen Desatanudos.
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