Los Juegos Olímpicos de París van a comenzar, por eso pidamos a Dios su bendición sobre los hombres y mujeres que participarán, para que su actividad los ayude a ganar no solo las competiciones, sino también el Cielo.
Señor Dios, el mundo tiene tantos grandes atletas. Estamos muy agradecidos por ellos.
Que sean un verdadero ejemplo de rectitud, sacrificio, cooperación y ayuda dentro y fuera de los campos, pistas y otros lugares de competición.
Junto a sus propios logros, que tengan siempre presentes a los demás, con sentido de humanidad y de bien común.
Protégelos de lesiones y otras dolencias, y ayúdales a regresar sanos y salvos de los recintos deportivos a sus países con sus seres queridos.
Y a los aficionados y seguidores del deporte, dales la sabiduría para ser lo suficientemente compasivos como para no criticarles innecesariamente, excesivamente, y mucho menos ofensivamente, sino para apoyarles incluso ante un posible bajo rendimiento.
Amén.
Que el Señor lleve a feliz término este evento mundial y que la realización de los juegos olímpicos sea para todos los participantes una oportunidad para reforzar lazos de amistad con los demás países competidores.
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