María López viene a contarnos un testimonio maravilloso que ha venido experimentando desde octubre de este año. La Virgen María le pidió que este mensaje lo pudiera llevar a más personas y por eso, hoy está aquí. Es mexicana y vive en Texas desde hace 23 años. Viene de una familia católica tradicional. Recuerda desde niña que iba a misa con su padre y le encantaba cantarle a Jesús ya que pertenecía al coro de la parroquia. “Recuerdo de niña ver a mi abuela paterna rezar el rosario todos los días. Nos enseñó el Catecismo, nos instruía”, explica. Está casada desde hace 23 años. Su esposo y ella no acostumbraban a orar, eran unos católicos light. 

Al llegar su madre de México en agosto, se empieza a sentir mal y la hermana de María le comenta que regrese para casa ya que se encontraba con un dolor en el pecho muy grande. Se la llevan al hospital y tras las pruebas le dicen que tenía cáncer en los pulmones. Tras esta noticia se sintió muy triste y un amigo le comentó que tras una misa de sanación una persona logró sanar de esa enfermedad que en ese momento tenía. Llegó a esa misa de sanación y tras esta misa su madre volvió a México. Ellos, mientras tanto, siguieron acudiendo a estas misas.

Y es que María desde los 18 años sintió el llamado de Jesús pero en ese momento lo dejó pasar. Un día no sabe por qué se levantó con una gran necesidad de orar pero no sabía más allá lo que necesitaba de ella. En octubre acuden de nuevo a una nueva misa de sanación. “Se terminó la Santa Misa y la persona que suele liderar estas sanaciones nos explica su propio testimonio. El sonido que ella suele hacer en las sanciones fue dirigido hacía mí y en ese momento tuve un descanso en el espíritu”, comenta. 

Cuando estaba en ese estado recuerda que sentía una gran paz, tranquilidad y no quería volver a la realidad, quería quedarse tal y como estaba. Al momento de regresar del descanso del espíritu, regresa llorando. “Era un llanto de gozo y de amor. Regresé temblando, sentía electricidad en las palmas de mis manos y no sabía qué estaba pasando”, resalta. La persona que llevaba la sanación repetía todo el tiempo que dejara que Jesús trabajara en ella.  “Ella ora sobre la foto de mi madre y vuelvo a descansar en el espíritu. Antes de esto le pido que si podía darle un abrazo”. Vuelve a sentir esa paz, y ve todo blanco, también siente esa presencia de su padre ya fallecido. Su marido le ayuda a levantarse porque se quedó sin energía. Tenía una persona enfrente de mí que se encontraba orando por ella. Ese mes de octubre tuvo por tres ocasiones un descanso en el espíritu. Le comentó a esta chica que lo que había experimentado que nunca le había ocurrido esta experiencia y le da una conferencia por zoom para explicarle qué significa verdaderamente esto. Le vino a decir que ella también tenía un regalo de sanación para los demás. 

¡No te pierdas este impresionante testimonio! Te sorprenderá. 

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