Estrella es de Chile y viene a contarnos su testimonio, una historia que para la propia Estrella es muy preciado. Le gusta mucho el poder compartir su historia y lo que Dios ha hecho en su vida. Cuando era niña iba mucho a la iglesia, su madre siempre la llevó desde niña participando en las misas. “Fui muchos años lectora, subía a leer la palabra”, recuerda. 

Cuando uno es pequeño va a la iglesia porque le llevan y en el caso de Estrella además le gustaba. Tiene el recuerdo de cuando era pequeña siempre quería salirse con la suya aún así siempre trataba de hacer lo correcto. “Como niña no iba porque conocía a Dios, tenía esa sensación de algo que estaba muy lejano, no tenía una fe grande, no sabía las cosas grandes que Dios podía hacer en la vida”, explica.

Llegando a la etapa de adolescente, seguía participando de las actividades de la Iglesia, pero todo era más por hacer ese círculo de amistades. Fue el momento en el que Estrella empezó a cambiar. Ya a los 11 años comenzó un camino que se alejaba de la Iglesia. “Empecé a juntarme con gente mayor que yo y con amistades que no me convenían. Llevaba una vida de excesos”. Los padres de Estrella la dejaban un poco ya por imposible. A los 17 años fue cuando tuvo su primera experiencia con las cosas de Dios y que no era aquel Dios lejano que pensaba de joven. 

Pero hay una experiencia que marcó a Estrella. “Recuerdo un día cuando desperté con algo encima mío y no supe que era y en el momento me asusté mucho. Tenía aspecto de hombre pero no era un hombre. En ese tiempo no había Youtube ni otras redes sociales. Hoy en día puedo decir que eso que me molestó era un demonio. Estaba encima de mí apoyado en mi pecho varios minutos”, explica.

Cuando esto que define Estrella le sucedió en su pensamiento tenía a Dios. “Cuando puse mi pensamiento en Dios desapareció”. En ese momento gritó por el susto que experimentó. Despertó a sus padres, su padre no le creyó. Sin embargo, su madre si que la creyó y la llevaron donde un sacerdote que le llevó agua bendita para su casa. Pasó esa experiencia pero no cambió mucho de vida hasta el momento. Cuando llegó a los 25 años estaba estudiando una carrera de la que iba y venía. “No me gustaba la familia, me cuestionaba todo el tiempo, el tener hijos y casarse. Me llevaba mal con mi familia”, recuerda. 

Pero hubo un día como tantos otros que en una discusión con su madre salió de su casa. “Me fui como siempre sin ningún tipo de remordimiento”. Reconoce que le faltaba al respeto muy a menudo. Su madre le avisó que no saliera que lo que tuviera que hacer ya lo hiciera otro día. “Salí de la casa, caminé y me encontré con mi peor pesadilla, lo peor que podía pasarme. Me encontré con un enfermo por la droga, esta persona me asaltó y yo le entregué todo. Pero él quería algo más”, explica. 

Esta persona abusó de Estrella, fue un momento muy traumático. “Mientras pasaba todo este abuso y peleaba con esta persona. Fueron minutos pero para mi eran como horas. En mi mente pensaba lo arrepentida que estaba de haberle dicho todas esas palabras a mi madre”. 

Ella pidió al Señor que si la salvaba estaría a su lado siempre. Al poco tiempo, los coches de policía sin saber cómo llegaron hasta donde estaba. La llevaron al hospital y es ahora donde comienza para Estrella el verdadero desierto. 

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