El rey Carlos III de Inglaterra ha sido coronado con la llamada “corona de San Eduardo”, quien fue un monarca católico fiel al papado. Aquí le ofrecemos algunos datos sobre esta importante joya de la realeza inglesa y también sobre una reliquia especial que habría sido “devuelta” por San Juan Evangelista.
De acuerdo a la Enciclopedia Católica, San Eduardo, conocido como el Confesor, creció gustoso de ayudar en las celebraciones eucarísticas y en los diferentes oficios de la Iglesia. En 1042 asumió el trono de Inglaterra y tuvo uno de los reinados más pacíficos que se recuerdan. Hombre piadoso y de gran corazón, ayudaba mucho a los pobres y vivió con su esposa en celibato, porque había hecho un voto de castidad.
El santo hizo la promesa de peregrinar a Roma para venerar la tumba de San Pedro, pero el Papa le cambió este compromiso por la reconstrucción de la abadía de San Pedro en Westminster. Así lo hizo hasta antes de morir. Según la propia Abadía de Westminster, en esta iglesia se han llevado a cabo las coronaciones inglesas desde 1066. San Eduardo poseía una corona que al parecer fue usada en la coronación de los reyes desde Eduardo I hasta Carlos I, con excepción del niño Eduardo V, quien no llegó a ser coronado.
Es preciso mencionar que la nueva “corona de San Eduardo” se usa exclusivamente para el momento de la coronación de los monarcas. Existe otra corona que se ciñe el rey en otro momento de esta ceremonia y que sí contendría una particular reliquia del santo.
Al término de la coronación, el monarca deja la “corona de San Eduardo” y se pone la Corona Imperial del Estado. Dicho objeto contiene un hermoso zafiro octogonal que se cree perteneció al santo.
Además, que existe una leyenda en la que un mendigo se le acercó a San Eduardo. El santo, al no tener dinero para darle, le entregó un anillo. Aquel hombre era San Juan Evangelista disfrazado, quien después ayudó a dos peregrinos ingleses que estaban en Siria. El Apóstol les encomendó que le regresaran el anillo al rey santo. Eduardo fue enterrado con este objeto en 1066 en la abadía de Westminster, y en el siglo XII se le retiró cuando se abrió su tumba.
El conocido hoy como “zafiro de San Eduardo” se extrajo del anillo y se encuentra al centro de la cruz de la Corona Imperial del Estado. El monarca también se ciñe esta corona en ocasiones muy importantes, como en la apertura anual del Parlamento del Estado.
0 comentarios