Miles de turistas de todo el mundo arrojan en las aguas de la monumental Fontana de Trevi, en Roma, algunas monedas bajo la tradición de que, con esta aportación, algún día volverán a la Ciudad Eterna. Lo que pocos saben es que esta tradición logra reunir un millón y medio de euros cada año, cantidad que se destina íntegramente a Cáritas, la asociación de la Iglesia dedicada a ayudar a los más necesitados.
Hace unos años, el Ayuntamiento de Roma estudiaba la posibilidad de recuperar ese dinero para programas del gobierno. Sin embargo, tras la polémica generada por dicho anuncio, la entonces alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, garantizó a la Iglesia italiana no privar a Cáritas de esos recursos, que representan 15% de su presupuesto anual.
Los beneficiarios son personas sin techo, comedores públicos, centros sanitarios, familias con bajos recursos que habitan en esta ciudad, con lo que Cáritas también ayuda al propio gobierno a través de distintos programas asistenciales. La Fuente de Trevi fue construida a lo largo de 30 años, a finales del siglo XVII por el arquitecto Nicola Salvi, por voluntad del Papa Clemente XII quien siempre mostró un especial interés en embellecer la Ciudad Eterna. Es la más famosa y bella de Roma y en ella se aprecia la escultura de Océano sobre un carruaje que es tirado por dos Tritones, además de que están esculpidos otros elementos marinos como son los delfines, las caracolas y las conchas.
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