Antonio María Domenech y desde niño sintió la llamada al sacerdocio. No tiene ningún recuerdo en su vida de que quería ser sacerdote. De niño aprendió a hablar y a rezar con su madre. Cuando era niño viajó a Roma, el Papa San Juan Pablo II le dió un beso en la frente. “Jugaba a celebrar misa, venía mi hermana y ponía a las muñecas”.
Pertenece a un instituto diocesano, se ordenó en la diócesis de Cuenca. Para el padre es un regalo el sacerdocio. “El mayor regalo es el acompañamiento espiritual, el ayudar a las personas a discernir”. Estudió Derecho Canónico en Valencia. “Cuando terminó de estudiar un sacerdote le dijo a él y sus padres que sabía escribir y que lo haría siempre”, recuerda. De este modo, se abrió un blog dónde escribe cosas que ayuden a las personas a acercarse a Dios.
A partir de aquí comienza su trabajo en las redes sociales. También ha estado trabajando en los tribunales de la diócesis de Cuenca. “Defendía el matrimonio con el tema de la nulidad matrimonial”. Participó en las investigaciones de los mártires de Cuenca. Al ir casa por casa, fue una experiencia muy instructiva para él.
Un chico le recomendó que podría llamarse Sotana Rural para que empezaran a evangelizar a través de Youtube. Después de la pandemia, todo el mundo pudo volver a participar de la iglesia. “La gente podía escuchar la misa a través de la radio. Intentaba que el pueblo se mantuviera vivo. Dejar la iglesia abierta para que la gente pudiera visitar al Señor”, explica. Comenzó providencialmente una semana antes de que cerraran por pandemia a transmitir la misa en directo.
Puedes seguir al padre aquí: https://www.instagram.com/sotana_rural/?hl=es
https://sellenarondeinmensaalegria.wordpress.com/
https://www.youtube.com/@AntonioMariaDomenechGuillen
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