Horacio Giusto es padre, católico e intenta superarse cada día, es docente de Filosofía. Lo que tiene claro es que cuando muera se sabrá quién ha sido y quién será. Siente un arraigo profundo a lo que es la fe. El conocimiento que tenía de la fe era muy poco por lo que tampoco podía amar al Señor. En su hogar no había una práctica de la religión, el círculo que le rodeaba tampoco era precisamente religioso. A los 18 años reniega de la fe completamente, se vuelve crítico de la religión. “Viendo la inconsistencia del ateísmo aun no creyendo a Dios reconocía las bondades de la iglesia católica”, explica.
Se autodenominaba liberal clásico y además de combatir las corrientes de izquierda en este momento conoció a su esposa y es a través de ella que se acerca a la tradición católica. “Voy descubriendo la presencia real de Jesucristo. Venía desencantado de la iglesia católica al haber visto y presenciado tantas irregularidades tanto en la liturgia como en la práctica pastoral”, reconoce.
Fue en la tradición donde se comprende la raíz y la génesis de tantos males en el mundo. Su suegro tiene mucho que ver en su conversión porque rezó mucho por él. Aún así tenía cierta resistencia por no querer entender esa jerarquía y esa autoridad. En un momento de su vida, su pareja se queda embarazada y él se encuentra en una situación inestable tanto en materia espiritual, como en lo laboral y también en lo familiar. “Estaba profundamente arraigado en los vicios del mundo liberal. No veía un despojo de esperanza en ese momento”.
Así, nace su primera hija. Esas dudas de la existencia de Dios realmente se disipan. “Es ahí dónde voy comprendiendo lo que era el misterio propio de la vida”. Comprendió que a pesar de todos los errores que cometió podía sacar grandes bienes. Allí descubre que necesariamente debía existir un ser que fuese superior, virtuoso y perfecto. Su realidad no tenía sentido hasta ese momento. La respuesta era que tenía que darle a su hija el padre que merecía. Descubre cada día en su hija que si la amaba tanto cuánto más nos amaría Jesús a nosotras. De esta forma comienza a tener sentido la fe católica para él.
“Uno desde la razón puede dar explicaciones de aspectos teológicos. La fe trasciende la razón pura. Y esa fe la empiezo a abrazar con mi hija. Me demuestra que existe un Dios bueno que es capaz de generar tantos bienes en un mundo que ha dado la espalda a Dios”, explica.
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Puedes seguir a Horacio Giusto aquí: https://www.instagram.com/horacio_giusto/?hl=es
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