El teólogo español José Antonio Fortea, ha publicado una reflexión sobre los maleficios y su impacto real en la vida de las personas. Explicó que lo que se conoce como maleficios es “la capacidad que tiene alguien para invocar a los demonios”. En su opinión, «lo más probable es que los maleficios tienen efecto”, pues «hay gente que invoca a los poderes de las tinieblas para dañar a otros y eso tiene efecto”. Sin embargo, precisó, este poder demoníaco “no es un poder libre, no es un poder que el demonio hace lo que quiere. Está sometido a la providencia de Dios”.
Apuntó, que la providencia de Dios en la mayoría de los casos no permite que el demonio dañe a sus hijos de un modo extraordinario. Porque hasta la tentación está limitada por Dios para que se produzca de modo que sea beneficioso para la historia personal de cada ser humano. Subrayó que “es Dios quien guía a todas las naciones, a todos los hombres”. “Dios no concede siempre lo que se le pide a los buenos”. En algunos casos, esto se debe a que “Su voluntad tiene otros planes”.
El padre Fortea destacó la importancia de “no obsesionarse con este tema”, pues “el que está más obsesionado acaba más convencido de que todo lo malo que le sucede es por culpa del demonio”. Pero, ¿Qué hacer frente a un maleficio? El sacerdote explicó que “una cosa es ponerse en el peligro: hacer espiritismo, magia, tratar con fuerzas desconocidas”, pero “otra cosa es vivir siempre con miedo”.
Para alcanzar la tranquilidad, alentó, debemos buscar el bien. “El bien es tan amoroso, tan poderoso, que es lo que nos da tranquilidad”.
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