En 1950, el Papa Pío XII presenció un milagro, un fenómeno en el sol muy similar al ocurrido en Fátima (Portugal). Este evento quedó inmortalizado en un manuscrito que escribió el mismo Pontífice. Después de 33 años, el 30 de octubre de 1950, el Papa Pio XII fue testigo de un evento similar, que se repitió tres veces más: el 31 del mismo mes, el 1 y 8 de noviembre.
El 13 de octubre de 1917, miles de peregrinos en Fátima fueron testigos del “milagro del sol”, en la última aparición de la Virgen María a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía. Este fenómeno fue para el Pontífice la confirmación de que la proclamación del dogma de la Asunción de la Virgen María era bien recibida por Dios. Pío XII escribió sobre el evento en el “reverso de una hoja mecanografiada preparada para una audiencia”, un texto que fue encontrado luego de su fallecimiento.
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