Ivana Fadul tiene 33 años y es de Ecuador. Tiene una familia de pocos miembros, su padre falleció cuando tenía solo un año. No recuerda su presencia, ese lado paternal siempre estuvo carente en su vida. Su madre hizo la figura de padre y madre a la vez. “Siempre tuve esa ausencia, sentía que me faltaba algo”. Su madre, siempre le inculcó la fe a través de la oración también.
Desde pequeña siempre ha sido una niña hogareña y es en este momento cuando empieza a tener sus primeras cruces. “Siempre crecí viendo la preocupación de mi madre por mi hermano que salía mucho. Luchamos bastante para que él se fuera tranquilizando”, explica. Conforme fueron pasando los años Ivana fue viendo las pruebas difíciles con su hermano, secuestros, accidentes, fruto de los malos hábitos y compañías. Nunca llegaba a pasar nada pero siempre tenía la alerta puesta. “El rol de la madre acaba siendo amiga y dan muchas libertades. Esto hace que los adolescentes se tomen muchas facilidades. Mi madre era lo contrario, era de normas, y una en aquel momento no llega a entenderlo”, sostiene.
Las heridas que Ivana empezó a sufrir tuvieron que ver más con la parte emocional, de amores. Esa falta de figura paterna quizás le llevaba a buscar relaciones o roles equivocados. “Uno empieza a ser rebelde y vengativo porque me hirió de tal manera. Empecé a ser más rebelde porque pensaba que no me tomaban en serio”, cuenta. Llegaba un momento en que pensaba si aquellas personas que iban a misa le iban bien por qué no le iba a ir bien a ella. Tenía una amiga que estaba siempre de fiesta y su madre estaba pasando una enfermedad grave.
“Esta amiga era muy de fiesta y pasó de ese mundo a hablarme de Dios y espiritualidad. Me empecé a hablar en un lenguaje que me parecía extraño”, cuenta.Le invitó a un retiro pero se negó a ir porque pensaba que ese evento no era para ella. “Una empieza a sentirse vacío porque cuando una está en el mundo, se enamora, disfrutas y te levantas con un vacío porque piensas que tienes que volver a hacer lo mismo para ser feliz”.
La persona con la que estaba en aquel momento, se deterioró y le propuso poder ir a la iglesia juntos para poder salvar la relación. Él se negaba y además se burlaba de ella. “Cuando le dije que yo quería tener cerca a mi madre para poderla cuidar en el futuro y él me dijo que no, ahí supe que no era la persona con la que debí estar”.
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