Dante Urbina viene a contarnos su historia de conversión. Es doctor en Economía, conferencista y escritor. Ha dado charlas en diferentes países y publicado artículos en revistas académicas. Fue seleccionado en el año 2017 entre los mejores jóvenes investigadores del mundo para participar en la reunión de Premios Nobel de Economía. Relata todos estos logros para compararlo con que nada de esto tiene valor sino el haber encontrado a Cristo en su vida. 

Y es que en esas ansias de conocimiento, Dante inició antes de su conversión un camino de investigación que venía a destruir la fe católica. “Quería juntar todas las herramientas de diversos enfoques para destruir intelectualmente la fe de la Iglesia fundada por Cristo”, explica. 

Y es que Dante nace en una familia católica tradicional en el sentido cultural y de costumbres, no había un catolicismo vivencial pero si asistían a misa en eventos concretos. Con la excepción de su abuela, no habla de las cosas de fe pero sí tenía un gran compromiso en ir a misa y rezar el rosario. 

En este contexto, surgen complicaciones económicas en la familia. Tenía 10 años y tenía problemas en los estudios, concretamente en matemáticas. “Iba a desaprobar el año y en ese contexto me hice la siguiente reflexión, me dije, mi familia tiene muchos problemas y yo que voy a suspender voy a ser un problema más, no le voy a dar más carga a mis padres, voy a comenzar a estudiar”, recuerda. Fue el momento en que consideró empezar a “estudiar en serio”. Su padre le inculcó desde pequeño el amor por la lectura, por la literatura. “En esta área era muy bueno”, sostiene. Le cambian de colegio y el nuevo centro piensa que puede construir una vida desde la casilla de salida. 

Hubo un momento en que la vida de Dante cambió y es que en vez de escabullirse de hacer las tareas después de almorzar como solía hacer habitualmente, hizo lo que tenía que hacer. De lo que era el niño vago en el anterior colegio, se había convertido en el niño bueno que sabía las respuestas. Esta dinámica le llevó a ser el primer alumno más destacado de su promoción. “Fue un cambio importante pero acabó deviniendo en una gran soberbia por mi parte. Es verdad que tenía más conocimiento de gramática que las propias profesoras”, sostiene. 

Su amor por el conocimiento creció, por las matemáticas, las ciencias sociales, pero mayor al conocimiento era la soberbia. “Desarrollé un carácter muy agresivo. Además cuando era niño practiqué kárate. “Discutía con profesores e incluso con humillación en alguna ocasión. Simplemente para mi gloria. También se dió el caso de la agresión física”, comenta. Y es que con toda esta actitud y alejamiento del Señor, Dante quiere dar un mensaje de esperanza. “Si Cristo me amó a mí, puede amar a cualquiera”, subraya. 

Al final de esta etapa se da cuenta de la gran soledad que está viviendo y que realmente no es feliz. “Lloré al darme cuenta de eso y decidí darle un sentido a mi vida. Quería encontrar la verdad y para eso tenía que destruir la mentira y la mentira en ese momento para mí era la Iglesia Católica”, dice. Para ello empezó a leer corrientes filosóficas como el ateísmo, el liberalismo, el marxismo, el existencialismo y vió corrientes religiosas no cristianas como el hinduismo, el budismo, islam…etc. 

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