Ileana tiene 22 años y viene del norte de México. Es estudiante de Medicina, es médico interna del pregrado. Gran parte de su tiempo la dedica a la evangelización tanto en la comunidad como en las redes sociales. El testimonio de Ileana viene de la alegría y de la felicidad. Viene de una familia católica practicante y esto ha sido transmitido a ella. “Nunca me ha faltado nada, he vivido plenamente, todo por gracia de Dios, he sido una joven adulta feliz”, explica.
Reconoce que ha habido altos y bajos en su vida, aún en ese momento el Señor le ha llamado continuamente donde aparentemente nada le hacía falta. “Cuando todo va bien es fácil olvidarse del Señor. Qué importante es recordarlo y tenerlo presente”, reconoce.
Si tuviera que definir su relación con Dios es con humor. “Le gusta sorprenderme, me demuestra que sus sueños son más grandes de lo que yo me imaginaba”, explica. Cuando era más joven terminó en un coro. El amor por la música le viene desde pequeña.
“Sentía que el Señor me pedía más, no entendía qué era. Entré en una crisis existencial, pensaba que quería ser monja”, relata. En oración le pedía que fuera más claro con su mensaje. A través de los signos de los tiempos, con las personas que le rodean se fue clarificando. Pasó el tiempo y se dió cuenta que no le estaba hablando para nada sobre la vocación. “Quería algo de mí a través de la música. Ya no sólo me pedía cantar en misa los domingos. Me pedía estudiarlo más. Era más que un servicio litúrgico, era una evangelización a través de la música”, relata.
Fundó un ministerio de música donde llevaban la música donde el Señor les llamaba, retiros, misa, etc. “No hay lugar mejor para un músico que cantarle al Señor donde se hace presente, en la santa misa”. El Señor le iba pidiendo cada vez más y ella seguía preguntándose qué más quería de ella.
Fue cuando se cruzó con ella Cielo Abierto, un gran concierto de músicos católicos. “Vi a todos esos músicos y quería hacer lo que ellos hacían. Era música para el Señor”, cuenta. Fue una semilla que se sembró en su corazón y que en algún momento germinaría.
Llegó la pandemia y con ella también la Cuaresma. Se empezaban a hacer en vivos en redes sociales. “Hacíamos directos y después la gente se ponía en contacto con nosotros para hacer más. Los siguientes tres meses todo se iba dando”, resalta.
Puedes seguirla en redes sociales: https://www.instagram.com/ilyvllgs/?hl=es
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