Javier es un joven que se define como muy afortunado por lo que se le ha regalado en esta vida, por la educación que le han dado, los valores y por sentirse amado por sus amigos, por su familia y por Dios. En el año 2022 Javier junto con el grupo con el que colabora pudieron comprar una casa para personas sin hogar en la que ya viven dos mujeres. “De todo lo que nos rodea hay un alto porcentaje que no podemos intervenir, pero hay un 2 por ciento en que podemos trabajar y esforzarnos para cambiar las cosas. Esta es la inquietud que yo tenía”, explica.
Hace ya seis años, Javier comenzó en comedores sociales y casas de ancianos. Viendo todo esto y estando con ellos cuando volvía a casa Javier se sentía con la sensación de que podían hacer mucho más. “Poco a poco me fui centrando en qué podía hacer para tratar de aportar. Me centré en conocer mis defectos y en qué podía mejorar”, explica. Y es que necesitaba trabajar la constancia sobre todo aquello que quería para él. Algunos retos con los que se encontró es el no consumismo. “Empecé a no comprarme ropa por un año y acabé prolongándolo hasta cuatro”, sostiene. Uno de los proyectos en los que trabajaba era directamente con personas en riesgo de exclusión.
Reconoce que muy a menudo vivimos en nuestra realidad tan enfocados que no estamos pendientes de las realidades cercanas a nuestros barrios. Un día le llega una oferta de la Fundación Lázaro. Esta fundación tiene pisos en los que viven jóvenes con personas sin hogar. “Me ilusioné con este proyecto, con esta realidad y las personas que lo forman”. Estando trabajando en esta fundación, Javier recibía cada semana llamadas de personas en riesgo que necesitaban un trabajo o un techo donde poder vivir. “Se nos ocurrió que por qué no intentábamos comprar una casa para estas personas sin hogar. Comencé a trabajar en más trabajos aparte de en Lázaro para lograr este objetivo y en esta época también escribí un libro que llamé ‘Amén sin tilde’, relata.
Es un libro que como bien explica Javier quiere transformar ese amén con tilde, que es el amen de la Iglesia y de muchas familias que en España han recibido esa formación cristiana. “Ese amén lo vinculamos a normas establecidas o de algo de lo que no podemos salir porque nos van a castigar. Se trata de transformar ese amén con tilde en amén sin tilde, transformar esas reglas en amor al prójimo”, explica.
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Puedes conocerle a través de sus redes sociales aquí: https://www.instagram.com/javiercascon_/?hl=es
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