Estás en el hospital, en tu habitación y de repente, entra un cura por la puerta. Lo primero que te viene a la cabeza es que estás muy grave y lo segundo es que vas a morir. Pero mantengamos la calma, sí, es posible que estés grave y sí, todos vamos a morir pero no necesariamente en ese momento.
Si el sacerdote está ahí es para darte la unción de enfermos. Y ojo, es uno de los sacramentos más temidos. Cuando debería ser de los más queridos. Conoce toda la riqueza y poder de la unción de enfermos.
Hasta el Concilio Vaticano II la unción de enfermos era conocida como extremaunción, puesto que solo se lo administraba in extremis, es decir, ante la inminencia de la muerte. Sin embargo, el cambio hizo que enfermos ya fueran terminales o no pudieran ser asistidos por el Espíritu Santo para que los acompañase y reconfortase. Por lo tanto la unción pueden recibirla quienes estén débiles a causa de la vejez, tengan que enfrentarse a una enfermedad grave o quizás a una operación de riesgo.
Por eso, no hay por qué preocuparse.
Es el quinto de los sacramentos y tiene su naturaleza en Cristo. Y no es un sacramento de muertos, sino de vivos.
¡Conoce más sobre este sacramento, viendo el video completo!
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