El primer ser humano en viajar al espacio fue el cosmonauta ruso Yuri Gagarin en el año 1961. Entonces ¿Cómo se explica que la escultura de un astronauta aparezca en una catedral construida en el Siglo XVI?

Aunque no lo crean, no se trata de ningún montaje que hayan realizado. En efecto, en la Catedral de Salamanca se puede distinguir claramente la imagen en alto relieve de un pequeño astronauta vestido con su traje espacial y aparentemente flotando en el espacio.

Fue una catedral que se construyó entre los años 1513 y 1733, cuando los viajes espaciales solo formaban parte de los sueños de algún visionario. Esto ha hecho que muchos especulen sobre el origen de dicha imagen, llegando incluso a decir que se trata del trabajo de viajeros en el tiempo, extraterrestres y, cómo no, alienígenas.

No muchos saben que dicha imagen no estaba allí cuando la catedral fue construida. Es más bien un añadido que se realizó el año 1992 durante los trabajos de restauración del templo. La Ley de Patrimonio Histórico Español menciona que cualquier obra en un monumento histórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC) ha de ser llevada a cabo exclusivamente para “la conservación, consolidación y rehabilitación y evitarán los intentos de reconstrucción, salvo cuando se utilicen partes originales de los mismos y pueda probarse su autenticidad. Si se añadiesen materiales o partes indispensables para su estabilidad o mantenimiento las adiciones deberán ser reconocibles y evitar las confusiones miméticas”.

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