El demonio, el diablo, belcebú o el mal con algunas de las formas en las que se denomina al mal que nos tienta cada día, pero, ¿qué consecuencias tiene para los hombres?

Rita Sberna, una joven siciliana reconocida por ser una bloguera a la que le cambió Medjugorje, habla de ello en el libro, “Inferno, la trágica elezione”. En él, recoge una de las últimas entrevistas que concedió Gabrielle Amorth sacerdote exorcista que escribió grandes libros sobre el maligno.

“Las maldiciones más terribles son las que hacen los padres o parientes cercanos”

En este libro, Sberna relata cómo el mal se ha convertido casi en un tema tabú, la palabra en sí nos hace pensar en misterio. Por eso, el no tenerlo claro nos hace dudar, y lo peor, infravalorarlo. De este modo, la mente nos lleva a algunas películas de terror como puede ser el Exorcista, que muestra posibles situaciones, pero muy alejadas de las frecuentes. Y es que, si leemos más las Sagradas Escrituras entenderíamos más muchas cosas y no nos sorprendería demasiado.

Por ejemplo, en Mateo, 8 leemos: “Al anochecer le trajeron muchos endemoniados y expulsó a los espíritus con su palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: el mismo tomo nuestras debilidades y asumió las enfermedades”.

Pero, hay un pasaje del evangelio que Sberna recuerda de una manera particular.

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