Impactante testimonio de conversión del top model Pietro Ditano. De top model en el mundo y su encuentro con Dios. Pietro es un joven gallego que con 18 años, estudiando su carrera, se topó con el mundo de la moda que le ofrecía un panorama deslumbrante de chicas guapas, halagos, fiestas, dinero, éxito…

Hasta que Dios se le empieza a insinuar a través de sus propias circunstancias. Desde joven a Pietro le empezaron a surgir oportunidades profesionales muy interesantes en ese momento para él porque empezando con con pequeños concursos de modelo veía que se le podía dar bien. «Verte con 18 años que solo por desfilar y pasártelo bien te diesen dinero y encima todo el mundo te conocía», explica. Pero lo que realmente le gustaba a Pietro era el cine, lo de ser modelo en realidad lo vivía como de paso, como una experiencia más.

«Era una vida cómoda que me llevaba al éxito rápido pero quería ser director de cine», relata. Pero cuando se fijaron en él para ser modelo la carrera que había pensado que sería su sueño se quedó parada porque entre estudiar mucho libros y libros y viajar como modelo, en ese momento la segunda opción fue la elegida. Pietro viaja a Londres y empieza una carrera en la que estaba convencido que le iría bien. Además en ese momento empezó a leer sobre la Ley de la Atracción y parecía que la vida le iba llevando hacia donde él, como bien decía el libro mencionado, proyectaba. En uno de estos viajes, Pietro conoce a una chica de la que se enamora, entre ellos se crea una conexión muy bonita que finalmente no fructifica en nada porque Pietro empieza a conocer a otras personas y todo se empieza a complicar. Eso si, pasan unos momentos juntos bonitos que aún le marca en el recuerdo.

En este momento ya empieza una vida de éxito y fiestas para él, con 20 años se ve en fiestas exclusivas y con todo lo que deseaba accesible. «Empiezo a ver como la vida de modelo, me gustaba, empiezo a entrenar mucho, ayunaba», recuerda. Le cogen en la mejor agencia de modelos de Milán, reconoce que la profesión de modelo nunca le apasionó, su objetivo en ese momento era desfilar para Armani. «Empieza a ser más duro, veo la cara más duro de la moda, chicas jóvenes con señores de mucha edad». El día que era el desfile de Armani se entera por un chico que no le han avisado, aún así él se viste solamente para que el diseñador le vea. Al final no lo recibieron. «Ese sacrifico salvaje, que jugué a una sola carta me destrozó, todo el esfuerzo realizado no sirvió para nada». El fruto de ese momento fue destructivo para Pietro, tuvo una gran desestabilización emocional, vio que su sueño era una mentira.

«Entré en una depresión, ansiedad, empecé a engordar mucho». Volvió a casa destrozado.

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